El impacto económico de la cuarentena está lleno de contrastes. Gran parte de los empresarios, comerciantes y trabajadores fuera de convenio viven una realidad difícil por la falta de actividad. En cambio, un porcentaje de los asalariados del sector privado y, obviamente, los empleados del sector público pueden mostrar un escenario diferente.

El 44,8% de los argentinos reconocen que la pandemia generó una caída en sus ingresos económicos. Para el 15,1% de ellos, la pérdida de ingresos fue superior al 50%. Sólo 3,8% admite que crecieron. Pero lo más llamativo es que, a pesar de la caída de los ingresos, 15% de las personas reconoce que aumentó su capacidad de ahorro. Esto se debe a que la disminución obligada de gastos habituales que tenían previo al aislamiento social. Por ejemplo, rubros como transporte y movilidad desaparecieron ante el avance del teletrabajo. También se recortaron consumos tradicionales como espectáculos, restaurantes y miniturismo. Lo mismo sucede con gastos en compras no esenciales como indumentaria.

Estos resultados surgen del Segundo Informe de Consumo elaborado por el estudio Singerman & Makón realizado entre el 23 de mayo y el 5 de junio en todo el país.

Los trabajadores autónomos, los empresarios y emprendedores fueron los más afectados por la crisis. Más de la mitad sufrieron caídas en sus ingresos producto de la pandemia y cerca del 17% dejó de percibir ingresos.

Los trabajadores en relación de dependencia (23,8%) y los estudiantes (19,4%) fueron los que más lograron aumentar su capacidad de ahorro.

En línea con la evolución de sus ingresos, los empresarios (43,6%) y trabajadores autónomos (42%) fueron los que más perdieron ahorros durante la cuarentena.

Cuatro de cada diez encuestados planea destinar parte de sus ahorros a la compra de bienes y servicios en los próximos meses. Este factor será clave para evitar una caída aún mayor en el nivel de consumo agregado.

La pérdida de poder adquisitivo – con 33,2% de las respuestas – es el principal factor que afecta a las decisiones de consumo futuro de las personas encuestadas.

El segundo factor – con 26,3% – es el miedo a una crisis económica, producto de la pandemia.

Los viajes y el turismo siguen al tope de las prioridades de consumo, con los ahorros disponibles, para la etapa posterior a la cuarentena una vez que se reabran los destinos turísticos.

Fuente: Ámbito.com