En vigencia desde el 1 de julio, la “Tarjeta ya” incorporada como único sistema de pago del boleto de transporte público de pasajeros, comenzó a tener los primeros problemas, y los usuarios no tardaron en demostrar su enojo.
Como periodo de adaptación, durante los meses de julio y agosto los pasajeros podían continuar abonando el boleto con dinero en efectivo, hasta tanto asistieran a cualquiera de los 14 puntos de ventas distribuidos en la ciudad para gestionar el plástico. Pero desde el 1 de septiembre el peso físico dejó de aceptarse, y los usuarios pusieron el grito en el cielo ante los problemas emergentes.
Imposibilidad para acceder al servicio por carecer de la tarjeta, largas filas y pérdida de tiempo para poder gestionarla, y falta de información en general; son algunos de los reclamos frecuentes.
“Es la segunda vez en la semana que vengo a sacar la tarjeta porque es demasiado el tiempo de espera por la cantidad de personas que la tienen que pedir. El sistema es bastante malo, porque si no tenés la tarjeta no podés subir al colectivo. En el bondi pusieron carteles de información, pero son demasiado pequeños y la gente no los ve”, manifestó una usuaria; a la vez que consideró injusto que haya que pagar 30 pesos por el plástico, cuando es la empresa la que está obligando a la comunidad a cambiar de sistema.
Puntos de venta
Desde el Kiosco Machu Pichu, punto de carga de saldo y venta de tarjetas ubicado en la terminal, sostuvieron que aún son muchos los usuarios que están desinformados, y no hay carteles de señalización que orienten hacia el punto de venta. Además, agregaron que en los últimos días, varias veces se han quedado sin tarjetas para vender y saldo para cargar; y hubo un caso en que una mujer que compró el plástico y cargó saldo, cuando subió al ómnibus el sistema no se la leyó, y cuando fue a reclamar desde la empresa le sugirieron que compre otra tarjeta.