El futbolista Amir Nasr-Azadani fue condenado a muerte por el gobierno de su país tras participar en las protestas desencadenadas por la muerte, el 16 de septiembre pasado, de Mahsa Amini, una joven que falleció tras ser detenida por la policía de la moral por infringir el estricto código de vestimenta que deben respetar las mujeres en Irán.
La noticia, conocida este martes, mereció el inmediato repudio del Sindicato de Futbolistas (FIFPRO), que tiene 65 mil representados y se compone de 66 sindicatos a nivel mundial.
“FIFPRO está conmocionada y asqueada por las informaciones de que el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani se enfrenta a la ejecución en Irán después de hacer campaña por los derechos de las mujeres y las libertades básicas en su país. Nos solidarizamos con Amir y pedimos la eliminación inmediata de su castigo”, señaló el sindicato en un comunicado.
El delito del que se lo acusó al exfutbolista del Rah-Ahan, de 26 años, fue de “estar enemistado con Dios” al ser detectado como uno de los participantes de las protestas y será ejecutado con un ahorcamiento público, indicó la agencia alemana de noticias DPA.
A lo largo del Mundial de Qatar, el plantel de Irán se manifestó en apoyo al pueblo iraní y a las protestas, en lo que fue visto como un desafío por parte del Gobierno de la República Islámica.