Con la llegada del calor, pasamos más tiempo bajo el sol, por eso es importante recordar los cuidados necesarios para cuidar nuestra piel. Desde el servicio de Dermatología del Hospital San Roque, la doctora Beatriz Pinardi brinda algunas recomendaciones.
En este sentido, la especialista sugiere evitar exponerse al sol entre las 10 y las 16, aún en días nublados. “Como el huso horario puede variar, otra manera de controlar la exposición es observar que la propia sombra tenga nuestra misma altura o la supere”, afirma.
En caso de no poder evitar exponerse en horarios de riesgo, se debe contar con una protección contra rayos UVA y UVB de amplio espectro- factor 50 o más– y renovar la aplicación periódicamente. “Si la persona se sumerge al agua, debe volver a aplicarse la loción”, sostiene.
Otra medida fundamental es la buena hidratación. “En días calurosos, hay que aumentar el consumo de agua, lo óptimo es beber más de dos litros y medio diarios”, afirma Pinardi.
Además, sugiere prestar atención a la higiene de la piel para conservar las defensas ante el medio ambiente. En este sentido, recomienda utilizar jabón específico para la piel, y no destinado a otros usos.
La doctora recuerda que los efectos causados por las radiaciones ultravioletas son acumulativos a lo largo de toda la vida y puede producir daños de distinto grado, como quemaduras e incluso cáncer de piel. Es importante adoptar estos cuidados desde la infancia y sostenerlos toda la vida.
Cuidados en niños y niñas
Respecto a las precauciones en niños y niñas, Marcela Yanover, directora de Maternidad e Infancia, explica que los menores de un año no deben exponerse al sol de ninguna manera. “Si hay una exposición ocasional, recordar que los protectores solares son aptos solo para bebés de más de seis meses”, afirma.
Además, recuerda que a los niños y niñas se les debe colocar protector solar de amplio espectro contra rayos UVA y UVB (factor 50 o más), aplicar una capa generosa, y cubrir toda la piel expuesta, sin olvidar las orejas, el cuello, los pies y el dorso de las manos, aún cuando esté nublado.
Para prevenir los efectos del shock térmico o golpe de calor, Yanover suma la recomendación de vestirlos con ropas claras y utilizar gorros o sombreros.
Respecto a la hidratación en los días de calor, en el caso de los bebés, hay que darles el pecho con mayor frecuencia: “Si tienen más de 6 meses, ofrecerles agua fresca y segura, sin esperar que la pidan”.
Los síntomas del golpe de calor en bebés y niños pequeños son fiebre; sed intensa; piel roja, caliente o seca; letargo o desmayos; falta de apetito; náuseas y vómitos, irritabilidad. Ante cualquiera de estos signos, es importante consultar sin demora a un profesional de la salud y suministrar agua o, en el caso de bebés, leche materna. Pueden utilizarse compresas frías para bajar la temperatura.
También es importante mantener al día los carnés de vacunación, ya que el calendario oficial ofrece una amplia protección contra las enfermedades infantiles más comunes.