En las primeras horas del último viernes se registró el terremoto más fuerte del último siglo en México que dejó un saldo trágico de al menos 64 muertos en los Estados de Chiapas, Oaxaca y Tabasco. El sismo se sintió muy fuerte en la capital mexicana donde habitan varios carlospacenses, quienes contaron cómo fue la experiencia.
El terremoto fue de 8,2 grados en la escala de Richter, el más potente del último siglo en el país de Norte América, incluso más que el devastador de 1985 que asoló a la Ciudad de México. Esta vez el epicentro fue en el norte del estado de Chiapas, uno de los más pobres de aquel país.
Pese a que ocurrió a una distancia de 700 kilómetro de México D.F., también se sintió violentamente en la capital, lugar donde residen varios jóvenes carlospacenses que emigraron al país del norte en busca de nuevas oportunidades.
Carlos Paz Vivo! se contactó con algunos de ellos para conocer cómo vivieron el seísmo en primera persona.
La joven Micaela Seravalle, actualmente viviendo en la zona conocida como colonia Cuauhtémoc del DF, contó: “Yo estaba en mi cama, ya por dormir, y de repente sentí que se movía el departamento, algo que es normal cuando pasan los camiones o vehículos de gran porte. Sin embargo, en ese instante mi compañera me tocó la puerta y me dijo que corriera hasta los puntos de encuentro que tenemos asignados. Ahí se cortó la luz y todos salimos a la calle, muchos en pijama, mientras sonaban las alarmas por alerta sísmica. El momento fue aterrador”.
Esteban González, otro chico oriundo de nuestra ciudad, quien reside en colonia Doctores, en la zona céntrica de la capital mexicana, relató: “La saqué barata porque no me pasó nada pero me tuve que mudar de mi edificio porque, al ser una estructura vieja, se resquebrajaron las paredes y se movieron las escalares, por lo que la Policía Civil declaró que es inhabitable, al menos por ahora”.
“Gracias a Dios encontré nuevo departamento en el mismo día pero la verdad es que hay todavía mucha gente que no encuentra dónde vivir. Yo estaba en un 7° piso y sentí como si estuviera sentado en una balanza. Todavía seguimos perturbados porque no es fácil todo esto y tener que mudarse de repente de un día para el otro”, señaló, todavía preocupado.
Por su parte, Candela Castillo, otra local que vive en México DF, contó su experiencia: “Estaba dormida y me levantó mi mamá. A este terremoto lo sentí mucho más que a los anteriores pero pude tomarlo de manera tranquila. A diferencia de lo que ocurrió en 1985, pese a que este fue mucho más fuerte, no hubo tantos daños en la ciudad como aquella vez”.
Micaela Bianchi Schley, que vive en la colonia La del Valle Centro de la capital Azteca, contó así lo que vivió: “El jueves a la noche mis perritas ya estaban alteradas, tal vez percibiendo que esto podría ocurrir. Al ratito empezó a sonar la alarma sísmica y empezó a moverse absolutamente todo. Mientras se caían los cuadros y las cosas se movían de un lado para otro, agarré a mis perras, abrí la puerta y salimos con mi compañera a la calle. En nuestra zona no pasó nada pero conozco gente a la que se le quebraron las paredes de la casa y la pasó muy mal. Fue terrible”.
En tanto, Micaela Ávila, quien reside en Hipódromo Condesa, relató lo sucedido: “Estaba acostada y en mi pensión empezaron a gritar y a salir todos a los pasillos. Yo estaba en un tercer piso y cuando salí se cortó la luz. Salimos todos a la vereda y nos pusimos en un cantero para quedar al resguardo. Fue muy intenso el terremoto y quedé con una sensación de mareo bastante fuerte. Me asusté y no sabía qué podía ocurrir, fue desesperante”.
Los cinco jóvenes con los que este medio pudo contactarse manifestaron estar bien de salud y todos coincidieron en que se mantienen alerta y atentos a las informaciones oficiales por cualquier situación imprevista que pueda ocurrir.
Tras el terremoto se registraron más de 700 réplicas en la zona hasta este sábado al mediodía.
Foto: Infobae