En tiempos de crisis mundial debido a la pandemia del coronavirus, la creatividad y ganas de hacer cosas pueden mover a multitudes, aunque sea online, como es de esperar en este contexto.
Hoy, lunes 23 de marzo, comenzó el primer Campeonato Mundial de Escritura con más de 3000 inscriptos, una iniciativa del el escritor argentino Santiago Llach, docente de más de 200 alumnos de talleres de escritura creativa y lectura.
Este campeonato mundial online, que no tiene costo para los participantes, durará hasta el domingo 5 de abril. Es masivo, lúdico y original, además apunta a generar cierto espíritu de equipo, un ejercicio que cobra un valor especial en días de pandemia.
Reglas para participar
Las reglas son sencillas. Cada participante debe escribir todos los días durante esas dos semanas 3.000 caracteres con espacios, o más. Es posible inscribirse individualmente o por equipo; a quienes se inscriban solos se les asigna un grupo; los equipos pueden ser de entre ocho y doce personas.
Aunque habrá consignas sugeridas para escribir, el tema, el género y el estilo son libres y no es necesario que a lo largo de las dos semanas se hile un sólo texto.
El campeonato se decidirá por la efectividad de cada equipo: por ejemplo, si son diez y un día falla uno, el equipo ese día tiene un 90 por ciento de efectividad.
Todos los días se actualizará la tabla de posiciones y fallar (no escribir) implica fallarle al equipo. Una parte del asunto quedará atado a la buena fe colectiva: el texto que se sube a un documento compartido de Google Drive tiene que ser escrito en el día, fresco.
Al final del campeonato, cada grupo elegirá un texto de uno de los participantes y un jurado definirá cuáles son los mejores; eso le suma puntos a los equipos. Se premiará a cada miembro del equipo ganador y al goleador global con una suscripción por tres meses a Pez Banana, el club del libro que el escritor lanzó junto a Florencia Ure.
Escribir entre todos
Según dio a conocer Llach, el Mundial de escritura, además de ser una competencia multitudinaria, es un método efectivo para romper con las excusas y que cierto espíritu de cuerpo favorece a comprometerse con la cuestión: “En la Antigua Grecia se hacían torneos poéticos, ¿no? La gracia de este sistema es que es grupal: si no escribís, perjudicás a tu grupo, y esa es una presión honorífica muy fuerte” señaló.
El trabajo de escritura en equipo pone en debate la posibilidad de hacer nacer una suerte de voz colectiva que surja de escribir con otros. “Como bien nos enseñó Borges, la idea de que uno escribe solo es en gran medida falsa. El escritor y la escritora son animales políticos. Siempre está la tensión entre el arte como fuerza individual, el genio romántico, y como artesanía gremial, colectiva”, concluyó el editor.
Fuente: Télam