El 19 de septiembre de este año, en la avenida Colón de la capital cordobesa, ocurrió un terrible accidente que dejó tres víctimas fatales y una persona herida.
La fiscalía a cargo de la investigación ya tiene los resultados de distintos peritajes y ha determinado culpas repartidas entre los dos conductores de los vehículos involucrados.
Las pericias detectaron que ambos automovilistas llevaban un alto nivel de alcohol en sangre y que incumplieron varias normas de tránsito.
Según informes técnicos, el auto blanco iba muy fuerte y cruzó en rojo; el coche negro estaba frenado e invadiendo el espacio contrario.
Damián Héctor Liguori (32), quien se abstuvo de declarar, quedó imputado por homicidio culposo agravado por: el número de víctimas, por la velocidad y por el alcohol en sangre. Además se indicó que cruzó el semáforo de Colón con la luz en rojo y que iba a unos 120 km/h, es decir, el doble de la velocidad permitida.
Asimismo, el informe técnico de los peritos, determinó que el conductor del Fiat Uno (quien falleció) “manejaba con un porcentaje de alcohol en sangre que superaba la cantidad permitida para circular en la ciudad de Córdoba”. Además tenía luces delanteras y traseras de su vehículo quemadas.
Según la reconstrucción forense, la colisión se produjo cuando el Kinetic -manejado por Liguori- se lanzó a pasar la intersección para “ganar” la luz amarilla y el semáforo se puso en rojo.
En ese momento, el Fiat Uno que esperaba girar en la intersección, estaba detenido en un lugar no permitido, invadiendo el espacio del otro coche. Cuando arrancó para girar en un instante en que su rojo pasa a verde, venía el otro coche de frente.
Liguori está imputado por homicidio culposo agravado y por lesiones culposas. La causa judicial prosigue.