La hipótesis de que el nene murió de un disparo durante una caza de carpinchos surgió de las declaraciones de la abuela Catalina y los chicos en cámara Gesell.
Algunos señalan que el 13 de junio, Daniel “Fierrito” Ramírez llevaba un rifle para matar carpinchos. El hijo de Laudelina dijo haber escuchado un ruido, compatible a una detonación.
Al cumplirse dos meses de la desaparición de Loan Danilo Peña la hipótesis más fuerte de la causa, destaca “un accidente seguido de un encubrimiento”. El secuestro en el marco de una organización de trata de personas o el abuso sexual estarían prácticamente descartados, al igual que una venganza familiar.
Según informa TN, el “accidente” en el que están trabajando los fiscales federales Mariano De Guzmán, Marcelo Colombo y María Alejandra Mángano no tiene nada que ver con el relato armado y mentiroso de Laudelina Peña (45), quien declaró –y luego se desdijo– que su sobrino había sido atropellado por el ex marino Carlos Guido Pérez (62) y su mujer María Victoria Caillava (52).
Tras las entrevistas en Cámara Gesell de cinco de los seis chicos que estaban con Loan el día de su desaparición, y la de su abuela Catalina, comenzó a tomar forma otra línea de investigación: que Loan pudo haber sido víctima de un disparo involuntario.
En esta teoría el protagonista es Daniel “Fierrito” Ramírez (49), a quien varios testimonios señalan portando un rifle o escopeta, hablando por teléfono celular sobre el fin del paseo al naranjal y proponiendo una carrera en la que el resto de los nenes perdió de vista a Loan. “Ahí Loan se perdió”, contó el sobrino de Mónica Carmen Millapi (35), esposa de “Fierrito” Ramírez.
Según declaró la abuela Catalina en su testimonial, el fin de semana anterior al de la desaparición de su nieto, en el paraje El Algarrobal, a ocho kilómetros de 9 de Julio, Corrientes, Ramírez había ido a almorzar y cazar carpinchos junto con Bernardino Antonio Benítez (37), esposo de su hija Laudelina. En ese encuentro también había participado Camila Núñez, esposa de Diego “Huevo” Peña, otro tío de Loan.
Uno de los testimonios, que habla de Ramírez y un arma el jueves 13 de junio, es el del hijo de 6 años de Laudelina Peña y Antonio Benítez.
El nene –que tiene a sus padres presos– describe a “Fierrito” como la única persona “mala” que había ese día. En la Cámara Gesell sostuvo -entre juegos y dibujos- que escuchó un “pum” cuando regresaban de la zona de la tapera. “El nene murió”, “El nene murió”, fue otra de sus frases.
A la tapera solamente habían ido los varones, las nenas se habían quedado en el naranjal. Para los fiscales, este no es un detalle menor porque explicaría la diferencia que hay en los relatos.
La idea de que algo imprevisto ocurrió luego del almuerzo del 13 de junio es algo que siempre rondó en la cabeza de los fiscales federales. La teoría del disparo tiene dos contras fuertes: en los allanamientos no se encontró ninguna escopeta y, sobre todo, tampoco se detectaron rastros de sangre en el lugar o en la tapera donde siempre se sospechó que pudieron tener retenido al nene o escondido su cuerpo.
Durante las primeras semanas de la causa, cuando la investigación ya había pasado al fuero federal, se secuestró una toalla con supuestas manchas “hemáticas”. Pero según confirmó Clarín, las pericias concluyeron que no se trataba de sangre humana. En cuanto a la misteriosa escopeta o rifle, para algunos es un punto en contra que no se haya encontrado, pero para otros, por el contrario, es un indicio de que se deshicieron de ella.
Fuente y foto: TN