Ariadna y Agustín son una pareja de jóvenes que fueron beneficiados con la adjudicación de un terreno en el denominado “Loteo H” y luego, cuando se hizo el sorteo por el kit de viviendas, también estuvieron dentro de los ganadores.
Pero a pesar de estas buenas noticias, no podían avanzar en la construcción de su casa, porque el “Loteo H”, ubicado en el ingreso al barrio Colinas (frente al Dispensario), aún no cuenta con uno de los servicios esenciales: la energía eléctrica.
En marzo del 2020, cuando se declaró la pandemia, recibieron el kit de construcción que les brindó el gobierno de la Provincia y lo depositaron provisoriamente en la casa de uno de sus familiares. Sin embargo, el 9 diciembre decidieron instalarse en una carpa en el lote y comenzar a construir de a poco. De esta manera, arrancaron el 14 de ese mismo mes.
“El 10 de febrero logramos levantar las paredes y tener la casa, y por suerte podemos habitarla y dejar la carpa”, contó con alegría Ariadna, por tener parte del sueño cumplido.
La joven contó que desde el municipio y EPEC, les informaron que aún no está terminada la obra de energía en todo el loteo.
Por eso, para iluminarse utilizan velas y para construir la vivienda debieron usar un generador. “Fue un gasto extra que no teníamos pensado, pero lo positivo dentro de todas las desventajas es que no pagamos más alquiler y estamos más cómodos que en la carpa”.
Dijo que tienen agua, pero sin medidor, ya que cuando “fui a la Cooperativa Integral a pedirla, me dijeron que no podían dármelo, y como no teníamos dinero no pudimos hacerlo”.
La odisea de vivir en carpa por unos meses
“Fue una aventura, fue como vivir en la selva”, comenzó relatando la joven, quien comentó que al principio “teníamos un poco de miedo, después nos empezamos a sentir más seguros”.
Les tocó vivir en la carpa durante dos meses de verano, época donde se dan las tormentas más fuertes. “Sufrimos el viento, las piedras y las lluvias, pero nunca dejamos la obra sola. A medida que iba pasando el clima, reacondicionábamos la carpa de diferentes manera. Hasta le hicimos una especie de tinglado con un nylon y resistió”.
A pesar de estas vicisitudes, el sueño está casi cumplido, expresó Ariadna, solo “falta la luz para estar más cómodos”. Y agregó: “Por suerte estamos sobre calle Roma, tenemos al frente la rotonda y nos da luz. En el verano, la aprovechamos un montón, ahora en invierno que hace frio, ya tenemos que meternos adentro”.
Instalados
El barrio aún no cuenta con los servicios esenciales, pero ya hay vecinos que al igual que Ariadna y Agustín, se instalaron en sus terrenos para cuidarlos y construir.
Según contó la joven, “ya hay vecinos viviendo y construyendo a la vez. Hubo saqueos y por eso hay gente que decidió instalarse. A nosotros nos entraron a robar el 24 de abril por una ventana y debimos hacer una reja, por eso hay que estar siempre para cuidar lo que es de uno”.
Dijo que son cerca de “siete las familias” que están instaladas y consideró que el barrio va a ir creciendo, “y eso es lo que lo va a transformar en más seguro. Pero el punto crucial para que el barrio se desarrolle, será cuando tengamos la luz”.