Candelaria Panadero es una joven de 26 años, nacida y criada en Carlos Paz. Desde hace un tiempo decidió conocer el mundo de una forma tan añeja como efectiva: a dedo. Desde Polonia, la joven le contó a Carlos Paz Vivo! cómo comenzó a viajar, que la incentiva a seguir y qué le sorprende de recorrer el mundo de esta manera.
“Mi primer viaje sin mi familia fue a México. Decidimos ir a probar suerte con unas amigas y conseguimos trabajo en Ciudad de México. Fue bastante duro aprender a manejarme sola en una ciudad tres veces mas grande que Córdoba. Pero eso sirvió para animarme a recorrer todo lo que recorrí hasta ahora”, cuenta Candelaria.
Fanática del voley, deporte que jugó casi toda su vida, decidió estudiar publicidad y la carrera de Martillero Público. Luego de recibirse y obtener estos dos títulos, emprendió un viaje que, en principio, duraría tres meses, pero se estiró a dos años.
“Trabajé en Perú y la idea era recorrer Ecuador y Colombia, pero en Lima conocí a dos cordobeses que viajaban a dedo y dije ‘yo quiero hacer eso’. Viajar sin plan ni fecha de vuelta. Me sume a ellos para estar acompañada en Ecuador y, al no tener destino fijo, decidimos cruzar el Amazonas en Brasil, luego Guyana Francesa, Guyana, no pudimos entrar a Venezuela así que cruzamos directamente para conocer Colombia”, expresa Panadero.
La idea de “hacer dedo” quedó muy dentro de la joven carlospacense. De Colombia saltó a México y de allí a La Habana, decidida a conocer la maravillosa Cuba a dedo. “La isla de Cuba me fascinó. Principalmente su gente, su cultura, la historia y los paisajes. Poder recorrerla a dedo, sin apuro, disfrutando todo al paso, fue realmente increíble”, detalla Cande.
“Cuando terminé Cuba, volví a México y decidí emprender el viaje hasta Alaska. Recorrimos todo el centro-norte mexicano, después toda la costa estadounidense y, cuando llegamos al Norte, quedé enamorada de la naturaleza, por eso crucé Canadá a lo ancho hasta el océano Ártico, conviviendo con osos, alces, águilas, todo lo que imaginen. El agua estaba aún congelada y pudimos caminar sobre el océano, fue sorprendente”, narra la carlospacense.
La joven muestra su gusto por la escritura. Lo fue descubriendo y perfeccionando a través del tiempo y los viajes, los cuales son bancados económicamente con el trabajo que sale en el día a día. Cuenta que, uno de sus sueños, sería poder detallar sus vivencias en un libro, pero que necesita tiempo para sentarse con papel y tinta. “Hay que adaptar el trabajo a la vida y no la vida al trabajo”, lanza la joven, por eso volvió a nuestro país y supo que quería conocer Europa. “En enero me vine a Londres, conocí y el viaje me llevó a Islandia, donde pude ver auroras boreales, algo que nuca había imaginado en mi vida”, manifiesta Candelaria, quien agrega que continuó su viaje por República Checa y Polonia, interesada en aprender sobre la región, tanto en historia como el la formación de los imperios y la separación pos guerra de los países.
Caminos paralelos
“Amo recorrer los caminos paralelos, los no turísticos”, dice Candelaria y añade:”Viajar a dedo me otorga eso, un contacto íntimo con el lugar, con su gente. En la sociedad hay mucho miedo con respecto a viajar de este modo. Generalmente está basado en el bombardeo de noticias que tenemos día a día de los medios de comunicación”.
“Mientras recorro, afirmo la frase ´en el mundo hay más gente buena que mala, solo que estos últimos salen en la tv y son famosos'”, dice.
Y asegura que la hospitalidad de la gente es un común denominador de los lugares que recorre. “Tengo los recaudos necesarios como los tuve en cada momento de mi vida, indiferentemente de dónde me encuentre. Tanto me puede pasar algo acá, como a dos cuadras de mi casa en Carlos Paz”, continúa Cande.
La carlospacense ha trabajado en diferentes oficios a lo largo del viaje y eso es lo que le ha permitido continuar. En este viajar “mediante el pulgar”, se trasladó en auto, moto, ambulancia, móviles policiales y camiones de todo tipo. “Hasta viajé sentada sobre un montículo de arena que trasladaba un camión en su acoplado”, relata.
Su familia y sus amigos la apoyan en esta travesía alrededor del mundo. Candelaria manifiesta que hoy elije viajar, pero mañana no sabe que puede pasar, por eso disfruta cada paso dado. Decidió romper el estilo de vida propuesto -casi- religiosamente: estudio, trabajo, familia, etc. “Viajo por las personas, más que por los lugares”, expresa Candelaria Panadero, la carlospacense que recorre el mundo a dedo, siempre por sus propios medios.
Cómo seguir el viaje
Para seguir cada paso en los viajes de la carlospacense, pueden ingresar a su cuenta de Instagram @candelariapanadero y, además, saludarla el próximo 8 de abril por su cumpleaños, en el lugar que el destino elija para ella.