A lo largo de la historia del fútbol, en especial desde la televisación del mismo, muchos son los recuerdos de arbitrajes escandalosos. Algunos, por mérito -o falta de ellos- de los jueces, otros por incoherencias que al día de hoy no se pueden comprender.
En el Mundial de Fútbol de Corea-Japón 2002, Italia estaba conformada por nombres de la talla de Buffón, Inzaghi, Del Piero, Maldini y tantas otras figuras. Tras superar sin problemas su grupo, el rival de octavos de final fue el local, Corea del Sur. Nadie supuso antes del encuentro que iba a suceder lo que finalmente sucedió.
El árbitro del partido fue el ecuatoriano Byron Moreno que, ante tantas figuras, no quiso perderse ser el protagonista del encuentro.
En el arranque del partido, el juez cobró un penal por supuesto agarrón (inexistente) que ataja el arquero italiano. Luego, dejó pasar un codazo de un coreano (que ya estaba amonestado) sobre Del Piero que merecía la expulsión directa.
Quien estaba también amonestado y se fue expulsado por doble amarilla fue Totti quien, víctima de un penal en el tiempo de descuento, fue apercibido por simulación. Está claro, no hubo penal. En la mitad del alargue, Tommasi convirtió el gol (legalmente) y el ecuatoriano decidió anularlo.
Tras tantas frustraciones de la Azzurra, el anfitrión Corea anotó el gol de oro a tres minutos del final del encuentro y eliminó a uno de los favoritos.
Moreno fue suspendido, tiempo después, por otros arbitrajes con claras polémicas y se retiró para pasar a ser comentarista en los partidos. En 2010 fue arrestado al ingresar a Estados Unidos con seis kilos de heroína pegada a su cuerpo.