En un momento clave del juicio que investiga las muertes de bebés en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba, Brenda Agüero volvió a prestar declaración ante el Tribunal.
La enfermera, única imputada como autora material de los presuntos crímenes, reafirmó que no tuvo ninguna responsabilidad en los hechos y sostuvo que desconoce qué ocurrió realmente en ese hospital.
“Yo no fui, no tuve nada que ver. No sé qué pasó en el Neonatal”, insistió ante los jueces, en una declaración de casi 20 minutos que marcó el cierre de la etapa de presentación de pruebas.
Con tono pausado y controlado, Agüero retomó los principales argumentos de su defensa, tal como lo había hecho en enero, al inicio del proceso. Pero esta segunda intervención buscó reforzar su posición, reiterando frases como “yo no fui” y “me están acusando de algo que no hice”.
Frente a la expectativa de que respondiera preguntas, explicó que había decidido no hacerlo por “el nivel de agresividad del Ministerio Público Fiscal y de los abogados querellantes”.
Acusada por cinco homicidios y ocho intentos de homicidio, Agüero negó todos los cargos. Aseguró que jamás lastimaría a un bebé o a cualquier persona, y cuestionó que se haya utilizado en su contra el testimonio de quienes la describieron como dedicada y estudiosa: “Han transformado cosas buenas en algo sospechoso”.
Desmintió a las madres de los bebés
Durante su testimonio, la enfermera negó en particular algunos relatos de madres de las víctimas, quienes afirmaron haberla visto en contacto con sus hijos. Sin nombrarlas directamente, Agüero replicó que “se han dicho cosas que no ocurrieron” y que no recuerda haber estado en el lugar y momento mencionados por las testigos.
“En el Centro Obstétrico había entre 15 y 20 personas cada vez. El ingreso era casi libre desde el vestuario. Incluso hay muchas otras Brendas trabajando allí, lo que puede haber generado confusiones”, planteó.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando explicó el motivo de sus sonrisas durante las audiencias. “Dicen que no soy consciente de lo que está pasando. Pero sí lo soy. Esa sonrisa es sólo para mi mamá. Es mi forma de decirle que estoy bien, porque ella lo es todo para mí”, confesó, entre lágrimas.
También se refirió al contenido de su teléfono celular, del cual se expusieron fotografías y archivos durante el juicio. Sobre una imagen que la mostraba con el vientre abultado, aclaró que fue tomada años atrás como parte de un tratamiento con una nutricionista: “Nos recomendaba tomarnos fotos mensuales del abdomen”. Cuestionó la difusión de esas imágenes y expresó sentirse “humillada y vulnerada”.
A su vez, criticó el uso de un archivo PDF hallado en su celular con información sobre dosaje de potasio, uno de los ejes de la investigación. “Soy enfermera y siempre estuve actualizada sobre medicamentos y procedimientos. No es extraño que tuviera eso”, señaló.
“Me mataron en vida”
Por otro lado, no ocultó el sufrimiento que dice vivir en prisión. Relató haber sido víctima de agresiones físicas y verbales, y denunció que apenas cuenta con una hora semanal de visita y una llamada diaria a su familia. “Me mataron en vida. Si algún día recupero la libertad, tendré una vida destruida afuera, una sociedad que ya me condenó, y medios que no paran de llamarme asesina serial”, expresó, visiblemente afectada.
Además, apuntó contra la delegada del Sindicato de Empleados Públicos, Viviana Martínez, de quien aseguró que mintió durante su testimonio: “Le sostuve la mirada porque sabía que no decía la verdad”.
Finalmente, se defendió desde su rol profesional: “La enfermería es una tarea que sólo quien la ejerce puede comprender. Uno llora con los pacientes, sufre con ellos. Me preparé para cuidar vidas, no para lo que me están acusando”.
Mañana miércoles quien declarará será el exministro de Salud de Córdoba, Diego Cardozo, y la exdirectora del Neonatal, Liliana Asís.
Fotos: La Voz del Interior