El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dijo este sábado que acepta la orden de detención en su contra, en su mensaje ante una multitud de adherentes en el que acusó de “mentiroso” al juez Sérgio Moro, quien ordenó su captura, un día después de que venciera el plazo que le había dado la Justicia para entrar a prisión.
“Voy a cumplir el mandato”, sostuvo Lula en San Paulo, en referencia a la orden del magistrado del caso “Lava Jato”, mientras miles lo ovacionaban en los alrededores de la sede del Sindicato de los Metalúrgicos, su cuna política desde sus tiempos de joven líder sindical.
“No les tengo miedo, voy a demostrar que soy inocente”, proclamó en el que probablemente haya sido su último acto político antes de ser llevado a la cárcel en la ciudad sureña de Curitiba. Medios brasileños informaron que sus abogados negociaron su entrega a la Policía para hoy, para después de que se celebrara una misa en memoria de su fallecida esposa, Marisa Letícia, que habría cumplido hoy 68 años.
“No los perdono por haberle dicho a la sociedad que soy un ladrón”, dijo el exlíder sindical ante la consistente masa de seguidores apostados en la periferia de San Paulo. Otros muchos seguidores de Lula se movilizaron para ir al aeropuerto de Congonhas, desde donde presumiblemente el expresidente volará a Curitiba.
Condena
Lula fue condenado en enero en segunda instancia a 12 años de prisión por cargos de corrupción en el contexto del Lava Jato, una megacausa que salpica a casi toda la clase política brasileña. La sentencia se produjo a pesar de que los magistrados reconocieron que no hay pruebas materiales que demuestren que el imputado sea dueño del departamento que habría recibido como parte de un soborno de la constructora OAS.
La Justicia rechazó varios recursos de su defensa para evitar una orden de arresto, aunque los abogados de Lula sostienen que aún no se agotaron todas las instancias, y por lo tanto esta orden de arresto les resulta arbitraria.