El magistrado sostuvo que la ex mandataria encabezó una “asociación ilícita” que utilizó la firma “Los Sauces” para cobrar alquileres a empresarios como Cristobal López y el detenido Lázaro Báez.
El de hoy fue el tercer procesamiento en contra de la ex jefa de Estado desde que dejó el gobierno: antes Bonadio la procesó por irregularidades en la operatoria con dólar futuro y el juez Julián Ercolini por el presunto direccionamiento de la obra pública.
La ex mandataria y sus hijos fueron procesados por “por lavado de dinero, negociaciones incompatibles y asociación ilícita”, aunque el juez procesó a otras 17 personas entre empresarios, contadores y escribanos, a los que consideró parte de la maniobra.
El magistrado sostuvo que Los Sauces se conformó con “el objeto de canalizar dinero ilegitimo como contraprestación, al menos en el caso de las empresas del Grupo Báez, de la obra pública adjudicada ilegítimamente”.
Se constituyó un “inmobiliaria con el objeto de recibir dinero, en locaciones de inmuebles y un hotel, como ilegitima contraprestación por el indebido otorgamiento de obra pública e introducirlo en el mercado financiero a fin de dotarlo de apariencia lícita”, sostuvo.
El juez Bonadio consideró que en su fallo de 392 páginas que tanto Cristina Elisabet Fernández y Máximo Carlos Kirchner son los jefes de la banda, a la que luego de la muerte de su padre (Néstor Kirchner), ingresó Florencia Kirchner”.