El represor Alfredo Astiz anticipó este miércoles que desconocerá la “falsa condena” que le imponga el Tribunal Oral Federal 5 de Comodoro Py, y acusó al sistema judicial argentino de “abandonar hasta morir a los combatientes contra el terrorismo”, como llamó a los condenados e imputados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar. “No reconozco a este tribunal ninguna capacidad punitiva sobre mi persona”, dijo Astiz al usar el derecho a las “últimas palabras” en el marco de la audiencia que se desarrolló hoy en los Tribunales Federales de Comodoro Py, en el tramo final del juicio de la causa ESMA Unificada o ESMA III, que se lleva adelante desde el 2012.
En ese marco, el TOF 5 juzga a 54 represores que están acusados por delitos de lesa humanidad cometidos en perjuicio de 798 víctimas por grupos de tareas que actuaron en el tenebroso y emblemático centro clandestino de detención, torturas y exterminio de la última dictadura. En la exposición, que leyó durante cerca de una hora, Astiz sostuvo que él y los demás imputados son juzgados en “falsos juicios”, en los que se dictan “falsas condenas”, que él recibe como “una nueva condecoración”.
Además, rechazó dar explicaciones e información sobre el destino de sus víctimas, que homologó con una “autoincriminación o pedido de perdón” reclamado “en muchos casos por terroristas”, como supuesta “exigencia” de una “ideología izquierdista” que contrapuso a “la religión católica”. Según afirmó Astiz, dar explicaciones sobre la represión de la dictadura es sólo “tarea de las cúpulas de la época”, cuyos integrantes en su mayoría ya fallecieron. “Este ilegítimo tribunal me podrá condenar a prisión perpetua” pero será en una “justicia simulada”, expresó el represor en alusión al pedido de la fiscalía de imponer penas de prisión perpetua a Astiz y a otros 51 de los 56 acusados que llegaron al final del juicio, y penas de entre 10 y 25 años para los cuatro restantes.