El fallecimiento del Papa Francisco conmovió al mundo y desde distintos estamentos recordaron su obra y legado en el país y en la provincia de Córdoba.

Pero en su historia personal, su paso por Villa Carlos Paz le dejó un entrañable recuerdo que quedó plasmado en su autobiografía, que se publicó en el mes de enero.

En una emotiva entrevista, el padre Alejandro Nicola, párroco de la Iglesia del Niño Dios de barrio La Quinta, compartió conmovido el legado espiritual que el papa Francisco dejó en esta ciudad.

Nicola evocó con calidez las memorias que Jorge Mario Bergoglio tenía de su paso por la histórica residencia jesuítica, hoy convertida en la parroquia y el centro educativo Margarita A. de Paz.

“Este lugar es muy significativo en la vida del Papa”, afirmó Nicola, destacando que, cuando aún era novicio jesuita, Bergoglio solía pasar aquí sus días de descanso, formación y retiro espiritual.

En su autobiografía titulada “Esperanza”, escrita meses antes de su fallecimiento y publicada en vida por decisión del propio pontífice, Francisco dedica un emotivo pasaje a su experiencia en Carlos Paz.

“Recuerdo tanto esos jueves en la Quinta”, escribió. Según relató el padre Nicola, desde Córdoba un viejo colectivo pasaba temprano, tocaba bocina y todos los seminaristas subían rumbo a la Quinta del Niño Dios. “Comíamos fruta de los árboles, hacíamos caminatas hasta el dique, compartíamos risas”, rememoró Francisco en esas líneas breves pero cargadas de nostalgia.

El edificio actual, que hoy alberga al colegio parroquial y la iglesia, fue en su momento el noviciado jesuítico de Córdoba. Cada jueves y viernes, los jóvenes en formación religiosa se trasladaban hasta este rincón serrano, y durante el verano lo habitaban por completo. “Eran días de oración, estudio, descanso. Todo este predio —sus claustros, galerías, frutales, el río— es testimonio vivo del paso de Jorge Mario Bergoglio”, expresó el sacerdote.



En palabras del padre Nicola, Jorge Bergoglio “murió en su ley, entre la gente, en paz”, recordando la imagen del Papa saludando desde el balcón de San Pedro apenas un día antes de su muerte. “Fue fiel hasta el final. Nunca dejó de anunciar a Cristo, ni de abrazar a los más pobres y olvidados”.

En 2026, la comunidad celebrará los 120 años de la llegada de los jesuitas a este lugar emblemático. Y sin dudas, la huella de aquel joven seminarista que luego sería Papa quedará grabada para siempre en el alma de Carlos Paz.

En tanto esta tarde a las 19 habrá un oficio religioso en la Parroquia del Niño Dios para rezar por el eterno descanso del Papa Francisco.