La caminata, cargada de espiritualidad y memoria colectiva, marcó el retorno de una tradición antigua, casi olvidada.
Fue emplazada en 1900 en uno de los cerros del barrio La Quinta, y que fue bendecida en aquel tiempo por el obispo de Santiago Del Estero Juan Martin Yáñez.
Bajo la coordinación de las guías de turismo del Parque Estancia La Quinta, a las 10.30 se convocaron varios feligreses que asistieron al retorno de esta peregrinación que pasó por la Virgen Blanca y culminó en la Cruz de Palo.
Carla, guía turística del paseo, relató que este vía crucis cuenta con 10 postas, y no 14 como ocurre con el que se realiza al Cerro de la Cruz. Además, confirmó que desde la recuperación del Parque es la primera vez que se organiza este circuito religioso en Semana Santa.
Pity Bertorello, voz autorizada en la historia de Villa Carlos Paz, recordó que los predios de Parque Estancia La Quinta siguen siendo testigos de la riqueza espiritual y patrimonial que tiene la ciudad desde sus inicios.
Dijo además que el Parque Estancia La Quinta guarda una fuerte impronta religiosa desde principios del siglo XX, por 1906, cuando llegaron los jesuitas a radicarse en la zona -incluido el actual Papa Francisco, Jorge Bergoglio-.
“Pero ya desde antes, las mujeres de la zona eran muy religiosas, más que los hombres. Y esta señora llamada Eugenia Gastañaga y que estaba a cargo de la estancia La Quinta, que tenía 380 hectárea, fue quien mandó a construir la Cruz de Palo, que fue la primera cruz del pueblo. Fue en el año 1900. Seguramente se conmemorará este año sus 125° años como se hizo recientemente con la del Cerro de la Cruz que es de 1935 y cumplió días atrás sus 90 años”, expresó Pity.
En ese entonces, el paisaje era muy distinto y las vistas la villa desde el balcón donde se encuentran tanto la Virgen como la Cruz de Palo eran excepcionales.
Sonia Camps, vecina y participante del Vía Crucis de este año, recordó que hacía años que no hacía caminando este recorrido. “Caminando, la última vez que subí fue cuando estaba en segundo o tercer año de la secundaria en el Colegio parroquial, a mediados de los años 70″, confirmó.
Además, aseguró: “No se trata de un vía crucis que se hiciera habitualmente en aquel tiempo ni tampoco en estos años. Alguna que otra vez los vecinos antiguos la hacían, pasando por la Virgen Blanca, pero no era lo común”.
La dificultad del ascenso tampoco pasó desapercibida: “Todo el mundo la conoce porque sube en auto. Pero llegar allí demanda subir dos o tres cuadras que son realmente muy empinadas”, dijo Camps.
