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El árbol del hotel El Árbol

PhoTortul 2458
“El árbol del hotel El Árbol”
Av. San Martín – V.C.Paz
Abril de 2022
📷 #VCP de Claudio Manassero

Que el árbol no me impida ver el bosque es algo que me aconsejaron, metafóricamente, hace mucho.

Lo que intento con está PhoTortul, a pedido de una integrante del Grupo ‘EncuentroS con la Villa de Carlos Nicandro’ es que el árbol no me impida ver el ‘Hotel El Árbol’… que allí solía estar, en la colectora oeste de la San Martín, cerca del A.C.A.

Y sí.

Allí detrás del explotado ‘fresno americano’, detonado de otoño, está el ‘Hotel El Árbol’, detonado también… pero de abandono y tristeza.

Dejo la historia de este establecimiento turístico del sector de ingreso a La Villa para otro día… y me enfoco en el bello ejemplar arbóreo.

Mi ex amigo y actual asesor botánico, el ‘oriental’ Hebert Chiodi, me cuenta algunos pro y contras del fresno como árbol de vereda, muy usado en otros tiempos, con más bondades que defectos, pero que cayó en desuso por la moda de los coloridos crespones, los singulares brachichitos, los sucios siempreverdes… o las insolentes palmeras.

El fresno americano tiene buena copa, esbelta, fácil de modelar, de crecimiento rápido y prolijo… que permite la circulación por debajo de ella con cierta facilidad.
Ataca poco las veredas (todo árbol hace), cuando está bien plantado en una generosa cazuela y a la profundidad adecuada. Aunque todo árbol termina, en cierto momento, complicándose con las aceras y las cañerías, por la sola y terca razón de querer vivir y desarrollarse, este fresno es mejor que su primo lejano, el inquieto olmo… y ni que hablar de los obesos palos borrachos o aguaribays.

Para la vista, su valor agregado, con esta explosión amarilla es inigualable… comparable quizás solo con el ‘colorao’ liquidambar.

Para las brujas (y brujos) adictos a las escobas, tiene un mes (o más) de intenso trabajo, ya que renueva su follaje de manera completa, quedando totalmente desnudo (casi pongo ‘en bolas’) en inverno.

Hoy cumplí con mostrar este bello ejemplar que saca chapa de campeón, para ser elegido ‘El Árbol de la Villa’… quizás.

‘Fraxinus americana’, fresno blanco americano, ​fresno de la Carolina o bien fresno americano entonces, es una de las más conocidas especies del género Fraxinus, de hasta 35m. de altura. Originario del este de Norteamérica, encontrado en bosques mesófitos desde Quebec hasta el norte de Florida de manera natural… y más que adaptable al hemisferio sur… como se aprecia en esta foto.

Todo un amor amarillo.

No sabemos si el Hotel El Árbol se llamaba así por este bello fresno Americano… pero bien podría serlo.

#Arbol
#Otoño
#HotelElArbol

Que el árbol no me impida ver el bosque es algo que me aconsejaron, metafóricamente, hace mucho.

Lo que intento con está PhoTortul, a pedido de una integrante del Grupo ‘EncuentroS con la Villa de Carlos Nicandro’ es que el árbol no me impida ver el ‘Hotel El Árbol’… que allí solía estar, en la colectora oeste de la San Martín, cerca del A.C.A.

Y sí.

Allí detrás del explotado ‘fresno americano’, detonado de otoño, está el ‘Hotel El Árbol’, detonado también… pero de abandono y tristeza.

Dejo la historia de este establecimiento turístico del sector de ingreso a La Villa para otro día… y me enfoco en el bello ejemplar arbóreo.

Mi ex amigo y actual asesor botánico, el ‘oriental’ Hebert Chiodi, me cuenta algunos pro y contras del fresno como árbol de vereda, muy usado en otros tiempos, con más bondades que defectos, pero que cayó en desuso por la moda de los coloridos crespones, los singulares brachichitos, los sucios siempreverdes… o las insolentes palmeras.

El fresno americano tiene buena copa, esbelta, fácil de modelar, de crecimiento rápido y prolijo… que permite la circulación por debajo de ella con cierta facilidad.
Ataca poco las veredas (todo árbol hace), cuando está bien plantado en una generosa cazuela y a la profundidad adecuada. Aunque todo árbol termina, en cierto momento, complicándose con las aceras y las cañerías, por la sola y terca razón de querer vivir y desarrollarse, este fresno es mejor que su primo lejano, el inquieto olmo… y ni que hablar de los obesos palos borrachos o aguaribays.

Para la vista, su valor agregado, con esta explosión amarilla es inigualable… comparable quizás solo con el ‘colorao’ liquidambar.

Para las brujas (y brujos) adictos a las escobas, tiene un mes (o más) de intenso trabajo, ya que renueva su follaje de manera completa, quedando totalmente desnudo (casi pongo ‘en bolas’) en inverno.

Hoy cumplí con mostrar este bello ejemplar que saca chapa de campeón, para ser elegido ‘El Árbol de la Villa’… quizás.

‘Fraxinus americana’, fresno blanco americano, ​fresno de la Carolina o bien fresno americano entonces, es una de las más conocidas especies del género Fraxinus, de hasta 35m. de altura. Originario del este de Norteamérica, encontrado en bosques mesófitos desde Quebec hasta el norte de Florida de manera natural… y más que adaptable al hemisferio sur… como se aprecia en esta foto.

Todo un amor amarillo.

No sabemos si el Hotel El Árbol se llamaba así por este bello fresno Americano… pero bien podría serlo.

#Arbol
#Otoño
#HotelElArbol