El joven poeta Tomás Litta convocó a varios autores para formar una antología de poesía erótica en tiempos del coronavirus y generó una iniciativa que tiende puentes con una genealogía que arranca en la Edad Media con la pandemia -sin ir más lejos aparece en el “Decamerón” de Boccaccio- y siempre estuvo vinculada con la idea de muerte: la tensión entre Thanatos y Eros en la libido del psicoanálisis y “le petit morte” en la cual George Bataille basa su literatura.
“El cuerpo expresivo“, nombre del proyecto que viene llevando adelante el poeta desde hace dos años, tomó nuevo impulso ahora través de una convocatoria por Instagram (@elcuerpoexpresivo) para hacer circular la palabra de los poetas durante la cuarentena.
“La antología es una forma autogestiva y gratuita de seguir alcanzándonos y repartiéndonos la palabra. Es un momento donde el encierro angustia y donde la pregunta sobre el deseo, al menos en mí, surge con más fuerza. Al mismo tiempo creo que es un gran momento para redescubrirnos a nosotros mismos e investigar nuestro propio deseo. La poesía es otra forma de hacerlo”, explicó Litta.
La antología está integrada por alrededor de 30 poetas, entre ellos Luciana Peker, Inés Kreplak, Flavia Calise. La iniciativa es de distribución gratuita y se puede solicitar a @elcuerpoexpresivo o al mail elcuerpoexpresivo@gmail.com.
Según expresó Litta : “La antología surgió en este encierro forzoso, la poesía es otra forma de supervivencia. Esta antología es una iniciativa que hago a partir de “El cuerpo expresivo”, un ciclo de poesía erótica que coordino, que funciona hace dos años y tiene sus ediciones mes por medio en Casa Brandon, una casa cultural LGBTIQ+ en Villa Crespo, Buenos Aires”.
Luego, comentó que “la propuesta es amplia y busca sacar esa idea que tenemos sobre el erotismo como algo únicamente del orden sexual. Han pasado alrededor de 100 artistas ya por el ciclo, y la diversidad de las lecturas demuestra que el erotismo va más allá de todo. Ya poner el cuerpo en escena es algo erótico, exponer la intimidad de la palabra es un acto erótico. Por eso el ciclo juega mucho con estas propuestas de autonomizar el deseo y hablar libremente de lo que nos atraviesa, sea o no sexual”.
Tomás Litta escribió su primer libro Fruto rojo, publicado el año pasado por Santos Locos, una editorial independiente de poesía.