En medio de una sequía implacable que amenazaba los recursos hídricos de la provincia, las últimas lluvias dan esperanzas. Con una preocupante bajante que llevó su altura a mínimos históricos, la reciente precipitación y las próximas pronosticadas hacen ser optimistas en que la situación se revierta prontamente.
Antes de la llegada de estas lluvias, el Lago San Roque se encontraba en su punto más bajo, con una altura registrada de apenas 29,45 metros casi 6 metros por debajo su nivel máximo (35,30 metros).
Las precipitaciones lograron hacer que el embalse suba casi dos metros, y que hoy esté en 31,17 metros, un incremento significativo pero que obviamente aún no alcanza para devolver la mejor imagen del espejo de agua.
El pronóstico augura más lluvias para este lunes, lo que seguramente impulsará aún más este renacer. Los ríos, que han sido tímidos en su aporte durante la sequía, están listos para hacer su contribución al embalse, alimentando la esperanza de una recuperación sostenida.