Mañana, Ángeles Wolder referente en Descodificación Biológica Original (BDO), un complemento o acompañamiento de la medicina tradicional, llega a Córdoba para hablar del arte de escuchar al cuerpo como ella misma define a esta particular forma de comprensión humana que trasciende lo racional y que permite a las personas conocerse más a sí mismas.
Antes de su presentación titulada “Conocerse para vivir mejor” este 3 de abril a las 20 hs en Teatro Ciudad de las Artes (Av. Pablo Ricchieri 1955) de Córdoba capital, Carlos Paz Vivo! entrevistó a la Licenciada en Kinesiología (UBA) y en Antropología Social y Cultural (Universitat Autònoma de Barcelona), autora del libro del libro “El arte de escuchar el cuerpo” y directora del Instituto Ángeles Wolder en Buenos Aires y en España.
¿Qué es la Descodificación Biológica Original y qué diferencias tiene con la Biodescodificación de Eric Corbera?
-La Biodescodificación es tener presente que siempre antes de que aparezca un síntoma en el cuerpo, la persona ha vivido un conflicto. Lo que ocurre, es que cada uno, en sus distintas escuelas realiza diferentes tipos de trabajo terapéutico, con diversas herramientas. Corbera por ejemplo, hace cursos de milagros, él aplica esa metodología. En mi caso me centro en lo biológico puro. Vengo del ámbito de la Anatomía, he sido profesora en la Universidad de Buenos Aires (UBA), por lo que relaciono la descodificación con la biología. Entonces busco la relación directa entre lo que se puede denominar síntoma y en eso, invito a usar otra palabra que es lectura de nuestra vida o del cuerpo, en donde cualquier código, clave, elección, o acción que hagamos en la vida, antes ha tenido una actividad conflictual que ha llevado a la persona al estrés y a una descarga.
¿Un ejemplo de eso?
-Un hombre sale a caminar todos los días 10 km y no sabe por qué, pero no puede dejar de hacerlo. Con 70 años, él me contó que si no llegaba un día a caminar los 10 kilómetros no se sentía bien. Entonces, mirando en el tiempo, sobre qué pudo haber ocurrido que se había ubicado en esa distancia, él contaba que durante la época de posguerra vivía en el país Vasco, luego que la Guerra Civil española, no tenían comida en su casa, pasaban mucho hambre y para poder alimentarse caminaban cada día a un pueblo que estaba a 5 km de donde vivían, dado que a ese lugar enviaban comida de calidad. Por eso fíjate que él estaba acostumbrado a hacer 5 km de ida y 5 km de vuelta. Regresaba en su casa con los alimentos recogidos que era lo único que tenían para comer. Él, con 70 años, no relacionaba eso ni tampoco se lo había preguntado a sí mismo. Al descubrir cosas de este tipo, te das cuenta que no eres un rehén de eso que te permite disminuir el estrés, sino que la libre decisión forma parte de tu vida. Es decir, a veces tenemos conductas que creemos que las hemos elegido libremente, pero sin embargo hay una gran tensión previa a la elección de esa conducta.
¿Esta comprensión o estos hechos para comprender, podrían venir de otras generaciones, o sólo debemos encontrarlos en la biografía personal?
-Podrían, pero no siempre. Lo primero y lo que tiene más importancia es la propia biografía. Tengo otro caso para contarte también relacionado a la actividad física. Una chica que salía a correr y que tenía problemas en las rodillas, contó: no puedo salir ahora pero a mí me gusta correr. Siempre participaba de maratones. Había estudiado educación física y se dedicaba a entrenar a maratonistas. En un momento que ve que no lo puede hacer más por problemas físicos, teniendo que dejar de lado lo que era la máxima pasión de su vida, cuando miramos de dónde venía la intención de tener que salir a correr vimos que venía de la infancia. Cuando era pequeña, su hermana mayor, con 10 años más, con quien regresaba a casa de la escuela porque la iba a buscar siempre, corría para dirigirse de un lado o a otro. Ella era pequeña e iba corriendo detrás para estar a salvo y seguirla a la hermana. Por eso digo que lo primero es ver qué le paso a uno, no siempre es transgeneracional.
Porque la descodificación es mirar hacia una regresión que va desde la vida presente de la persona hacia atrás. La infancia, el nacimiento, el embarazo, la concepción y luego el transgeneracional, así sería la observación.
¿De qué otra forma se aplica la descodificación? Además de la revisión de la historia personal , ¿hay otros métodos?
–Lo primero es tomar conciencia sobre lo que pilotea nuestras vidas como accidentes, enfermedades o simplemente conductas que no podemos dejar como los casos que te conté sobre los que tenían que caminar mucho o correr. Nos fijemos en un accidente de tobillo, partiendo que en la descodificación biológica nos basamos en cuál es la función del órgano afectado. Por lo tanto, la función biológica de los tobillos es ayudarnos a caminar, a dirigirnos, a hacer un camino. Si ahora a mí me envían a trabajar a un lugar que yo no quiero, el hecho de contrariarme en mi voluntad, aunque lo asuma y piense que voy a tener que hacerlo, es posible que igualmente tenga alguna dificultad en las extremidades inferiores y sobre todo en el tobillo. Es una forma de decir necesito más libertad, porque no quiero ir en esa dirección.
Luego de esa toma de conciencia se viene el poder descargar a través del cuerpo. Por eso el primer libro que escribí se llama El arte de escuchar el cuerpo y una vez que hayamos relacionado lo que nos pasa, vamos a sentir en mí una descarga emocional que está vinculada a una serie de sensaciones corporales que se liberan y que las personas podemos descargar y a partir de ahí hacer un resignificado de la historia que hemos vivido. A la historia no la podemos cambiar, pero sí podemos mirar las cosas de manera distinta hacia un futuro.
¿Se puede hacer descodificación a los niños o niñas? Pienso en niños enfermos ¿de qué manera?
-En ese caso trabajamos con los padres y con los niños. Con un niño de 4 a 5 años puedo hablar, pero con uno más pequeño puedo jugar. A través del juego, cuentos, peluches, muñecos, coches, dibujos, con muchas herramientas, se hace un encuentro con el niño para verlo ser, interactuar, incluso también con los padres. Cuando se trata de un bebé muy pequeño, se conversa con los padres.
Pero lo primero que deben hacer los padres con hijos enfermos es no culpabilizarse de las enfermedades. No es cierta la idea de que son los padres los culpables de las enfermedades de sus niños. Todo niño tiene una actividad emocional ya en vientre. Un bebé cuando está en vientre sabe si es o no esperado, si es deseado o no, si se le anhela con el sexo o no, y vive todo lo emocional que experimenta la madre con las descargas de neurotransmisores y hormonas en su cuerpo. Eso, por sangre, por placenta, pasa al bebé. El bebé también reacciona con emociones que no puede expresar con palabras. De eso quedan recuerdos y las emocionan impactan. Eso es lo que hay que atender. Los hijos tienen sus emociones, sus historias de vida particulares. Muchas veces es necesario atravesar los procesos para aprender. De alguna forma, cada enfermedad nos trae una lección y nos viene a decir qué es lo que tenemos que mirar en la vida. En un sistema familiar, tenemos que ver hacia adentro de la familia.
¿Cómo es que llega este aprendizaje y complemento a tu vida?
–Primero estudié kinesiología en la UBA, luego hice un posgrado en Enseñanza Universitaria en la Facultad de Belgrano. Mi especialidad es anatomía y vengo del mundo de la biología. La antropología llega más tarde y en el medio estudié ergonomía y psicosociología. Esto último te lleva a ver a la persona en su medio, con el clima laboral, las posibilidades que tiene cada ser humano en su espacio. Fue algo progresivo ver al ser humano dentro de algo más integral, no verlo por parte, sin o que empecé a unir todas las partes. Y eso es lo que me hizo llegar a la descodificación. Como es una herramienta que yo me la apliqué y aplico a mí misma, me parece sensacional, me entusiasma tanto que es lo que quiero transmitir siempre.
¿En tu instituto la gente aprende a leerse a sí misma?
-Sí, son dos años de trabajo completo, con teoría, práctica y trabajo personal. Es fundamental que cada persona haga un ejercicio por aplicar todo lo que aprendió en sí misma, una vez que haya identificado algún tipo de conflicto personal. Porque no puedo ocuparme de otro si yo no sé aplicar las herramientas en mi propia persona.