La crecida de la Cuenca Salí-Dulce, como consecuencia de las fuertes precipitaciones que se vienen sufriendo en las provincias de Salta, Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero, genera preocupación por las consecuencias que podría acarrear cuando el Río Dulce reciba un incremento de su caudal en su desembocadura al norte de la laguna de Mar Chiquita.
La Sociedad Rural de Jesús María informó que ya se están evacuando animales y el Gobierno provincial ya diagramó un operativo especial para ir previniendo eventuales daños.
“Los picos de crecidas que se han venido viendo y la continuidad de las lluvias nos ha puesto en una alerta amarilla, que nos obliga a trabajar para prevenir situaciones que puedan generar consecuencias complicadas”, señaló al diario La Voz del Interior el ministro de Agricultura y Ganadería, Sergio Busso.
La principal amenaza es para la producción pecuaria: las autoridades estiman que hay alrededor de 30 mil animales, entre bovinos, ovinos y caprinos, que pastorean en esa región y que constituyen la población en riesgo.
Según Busso, los productores de la zona están acostumbrados a vivir con estos riesgos y a movilizar sus animales; pero en esta oportunidad, la magnitud de la crecida, cuyo pico se espera para mayo y junio, podría ser muy superior a las de los últimos años, por lo que se necesita tomar medidas de prevención para evitar mayores inconvenientes.