Adhemar Alberto Ravara es artista titiritero desde muy joven. Aunque vive en Venezuela  desde hace años, nació en Argentina. Cuando era un niño se enamoró del arte de los muñecos tras ver dos obras de reconocidos titiriteros cordobeses como Eduardo Di Mauro y Alexis Antíguez. A partir de allí nació el deseo de dedicarse a eso que tanto le gustó y a lo largo del tiempo se fue formando y fue aprendiendo el oficio.

Director de teatro y actor, da clases de Historia del Arte, Análisis de textos, poesía  y otras materias en la Universidad Experimental de las Artes en Caracas y dirige el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo del Arte (IIAVE) en Venezuela.

A fines de mayo, Ravara llegará con su grupo de teatro a nuestro país, pasará por Córdoba, presentándose en diferentes lugares.  Luego iniciará su gira por España, y a fin de año, organizará el XIX Festival Internacional de Teatro y Títeres en las comunidades de Caracas (FETCOM 2019) Venezuela.

“Argentina es mi patria pero mi hogar es Venezuela. Por lo tanto, después de la gira por diferentes países, brindaré en las navidades en mi Caracas, la bonita”, contó Alberto Ravara en entrevista con Carlos Paz Vivo!

¿Cuándo supiste que querías ser titiritero?, ¿cómo nace su vocación?

-Mi vocación de actor floreció a mis cinco años cuando vi una obra de radioteatro en un circo que se llamaba “Pido luz para mis ojos”.  A la noche, en la mesa de la cocina improvisamos con mi hermana Kachy nuestra primera obra. Mi hermana Vera y mi madre Micaela, que en paz descansen, reían a carcajadas y aplaudían. A los ocho años vi por primera vez en la intendencia de Guaminí  (provincia de Buenos Aires) una obra de títeres… La felicidad que sentía no la podía metabolizar, reíamos a carcajadas, queríamos apoyar a Juancito el de la obra y con él exorcizar al mal. A los tres meses, en otra presentación, el soldadito de guardia nos emocionó y nos reafirmó valores. Los titiriteros en gira eran primero  el maestro de maestros Eduardo Di Mauro, con el Teatro de títeres La pareja y la segunda obra era de Alexis Antíguez con Títeres de la Cigarra, los dos maestros eran cordobeses, ahí, en esos días comienza la génesis de mi vocación.

Contame sobre tu relación con los titiriteros cordobeses, Eduardo Di Mauro y su hermano Héctor. ¿Cómo fue tu vinculación con ellos?, ¿en qué medida contribuyeron a tu formación?

-El teatro es integral y en él convergen  todas las disciplinas artísticas, tiene saberes milenarios, saberes que pasan de generaciones tras generaciones, en mi caso muchos fueron y son mis maestros. En análisis de textos, María Mombrú, en dirección teatral Yirair Mosián, Atahualpa del Cioppo, David Ragner, en dramaturgia Oswaldo Dragún, en pintura Víctor Grippo, en antropología teatral Eugenio Barba, en el teatro del desprevenido Augusto Boal y en títeres, fundamentalmente, Eduardo Di Mauro y Alexis Antíguez. Pero son sin cuenta los maestros y maestras que me han enseñado. El primer contacto como discípulo con el maestro Eduardo fue como a mis 16 años y con el maestro Alexis a mis 21 años. Eduardo me enseñó a sistematizar las experiencias, me enseñó la importancia del trabajo disciplinado, cotidiano y profesional. Alexis a hacer proyectos, a alejarme de los prejuicios. Los dos me enseñaron con infinito cariño la importancia de la profesión, el arte y la ética.

Viajaste y  seguís  viajando por diferentes partes del mundo para llevar el arte de los títeres ¿Qué significan los títeres para los niños y niñas?, ¿en qué lugar del mundo te sorprendió el público y por qué?

-Por probidad intelectual debo aclararte que soy un hombre de teatro, viajo para dirigir teatro o para dar talleres. Para mí hacer títeres es parte indivisa del teatro. Por otro lado, el títere para los niños y niñas es un lenguaje que permite que participen activamente, que se involucren rápida y espontáneamente. El títere es síntesis de la síntesis teatral. El niño transfiere al muñeco todas sus emociones, descarga las mismas y produciendo endorfinas, razona la historia que le contamos. Castigat ridendo mores: corregir las costumbres riendo, decía el poeta Santeul hace siglos, también la frase se le atribuye a Moliere. Con cierto humor, de manera íntima, en IIAVE nos decimos que lo que no pueden ver los niños no deberían verlo los adultos. Me pregunto de cuánto de aquellas historias que escuchábamos cuando niños, está construido nuestro cuerpo de ideas de adultos. Sabemos que los sistemas de educación son la educación para los sistemas. Sabemos también que los contenidos y formas del arte para los niños inciden en éstos determinando valores y conductas. Con estas y otras muchas premisas abordamos cada trabajo infantil con el propósito de que le sirva a los niños y por qué no a los adultos, para el presente de esta vida, para que le libere su necesidad de fantasía, reflexión y entretenimiento de una manera dulce, sencilla, amable y que les abra la experiencia, la posibilidad de reflexión y juego. El teatro, los títeres y la magia que presentamos en las giras que hacemos es para que los niños puedan verlo compartiendo con sus adultos más queridos.

Hace cincuenta y ocho años que hago teatro, la emoción  de aquel comienzo es muy similar a la actual antes de salir a escena, los mismos temblores, el mismo placer cuando noto, cuando siento que soy una unidad con el público, luego vienen las cientos de caricias del aplauso y luego la paz del estado de gracia. El público del mundo, en esencia, es el mismo, los gentilicios ceden el paso a la razón sensible y a la razón pura y eso es común a todos los hombres y mujeres de la Tierra.  Lo que me sorprende siempre es el milagro de la vida.

El público del mundo, en esencia, es el mismo. los gentilicios ceden el paso a la razón sensible y a la razón pura y eso es común a todos los hombres y mujeres de la Tierra.  Lo que me sorprende siempre es el milagro de la vida.

-¿Cómo es tu relación con el público cordobés y qué te lleva a regresar con frecuencia?

-Los gauchitos bonaerenses cuando niños escuchábamos historias maravillosas sobre los cordobeses. Los adultos nos contaban lo divertidos que eran, lo lindo que eran sus sierras y lo grande que era la ciudad de Córdoba, lo dulce que eran sus mates y el corazón de su gente. Cuando adolescente estudiando historia leí sobre el general Paz y leí sus memorias y admiré a aquel artillero del ejército libertador. Hice muchos amigos cordobeses, conocía a muchos colegas,  amistad y esperanza siempre fue la experiencia. Siempre volveré a Córdoba porque uno hace su querencia donde lo tratan con sincera bondad. Soy un hombre afortunado, tengo amigos, tengo amor, tengo profesión que es mi proyecto de vida. La gente apresurada  dice que tengo éxito, yo digo que éxito o fracaso son dos impostores, lo importante es la vida, la dignidad y la alegría.

Sos un artista que vive en un país que está pasando por una profunda crisis institucional y democrática. ¿Cómo se sobrevive en estas circunstancias y cuál es tu rol en este contexto?

-Yo vivo en Venezuela, que es mi hogar como te dije. El concepto de sobrevivir yo lo asocio a una cosa no muy digna. No me agrada la dicotomía de víctimas o victimarios. Vivía cuando niño en la Argentina, cuando el 16 de junio de 1955 bombardearon la Plaza de Mayo. Vivía en Argentina con los 33 planteos y golpes militares que le dieron a Arturo Frondizi, con el golpe militar que le dieron a Arturo Illia el bueno, en 1966. Vivía en Argentina cuando los azules y colorados se tiroteaban en Magdalena, Punta de Indio y en Córdoba. Tanto viví y tanto vi ya de joven en Argentina, en Chile, en Brasil, en Bolivia, etc, que sé que la vida para las mayorías no es fácil, yo pertenezco a las mayorías y bueno “La arena es un puñadito, pero hay montañas de arena”, dice el maestro Atahualpa Yupanqui.

 

¿Qué opinás de la intervención de Juan Gaidó, jefe del Parlamento buscando hacerse cargo del Gobierno de Nicolás Maduro?, ¿qué considerás respecto a la idea que circula en medios de comunicación que esta intervención se trata de un golpe de Estado?

-Soy una persona que se dedica al arte, no me dedico a la política profesionalmente. Soy un hombre que cree profundamente que las contradicciones en la sociedad se deben dilucidar a través de la política, la ley y el respeto a las instituciones. En todos los Estados modernos, el monopolio de la fuerza es potestad del Estado, en el marco de la constitución y las leyes. Respecto a los medios masivos de comunicación, creo que para bien de la vida deben mantener su independencia y objetividad. La sociedad venezolana como otras sociedades de otras naciones está altamente polarizada. En esta polarización, las fuerzas en pugna, en algunos casos, se fanatizan y comienzan neuróticamente a negar al otro. Esto, indudablemente, es estimulado desde adentro y desde afuera, por intereses económicos e intereses de poder. La historia de la humanidad nos muestra una gran cantidad de ejemplos. Pienso que el camino debe ser el diálogo, las propuestas útiles, para construir naciones soberanas donde su ciudadanía pueda vivir en paz,  satisfaciendo sus necesidades. Alejarse de la vía electoral, alejarse del marco constitucional de cada nación, alejarse de la política es una acción violenta y precipitada que conduce, en la mayoría de los casos, al error. En los Estados contemporáneos los presidentes son elegidos por elecciones.

Alberto con artistas del IIAVE

¿Por qué creés que el pueblo Venezolano llegó a esta crisis?

– Son muchas las razones por las cuales los pueblos y las naciones llegan a la crisis. Uno de ellos, es que el desarrollo de las sociedades en el mayor de los casos es desigual y combinado. Hay deterioro en los términos de intercambio, refiriéndome al comercio internacional y nacional. Hay monopolización en la fabricación de armas, de medicamentos, de insumo para la agroindustria, del desarrollo de la tecnología, de la informática y de los medios masivos de comunicación, etc. Quienes detentan esos poderes le ponen precio político a sus productos, presionan de distintas maneras. Los distintos grupos sociales tratan de defenderse, muchas veces se confunden, muchas veces la necesidad los lleva a cometer errores estratégicos. De alguna manera, las personas somos domesticadas, educadas en usos y costumbres en formas de consumo y también en la alienante inmediatez. La mayoría de hombres y mujeres que vivimos en sociedades somos buenas personas en el aspecto principal, pero las fuerzas en pugna elaboran discursos que nos van impresionando, entran por el Internet, entran por la televisión, por la radio, por el cine, por la literatura, por el teatro, etc. Y si no desarrollamos pensamiento y criterio independiente, somos blancos de toda esa superestructura.

El chavismo y el madurismo propuso un proyecto de país y un imaginario donde, en su momento, el 60% del electorado apoyaba con alma y vida ese proyecto, el otro 40% amaba el anterior sistema. El chavismo ha cometido errores políticos, ha habido corrupción en algunos casos y hubo y hay muchas dificultades para hacer literal lo que se quería y quiere construir. El otro 40% resistía y resiste el proyecto. Hoy en día, a partir de las sanciones de Estados Unidos, con el aval de otras naciones, la crisis se agudizó aún más y el descontento inmediato popular ha crecido. Se agrava mucho más la crisis cuando algunos dirigentes de la oposición, no todos, dejan de hacer política y asumen atajos de violencia feroz y solicitud de intervención extranjera. Si recuerdas lo que te dije antes sobre la polarización y el fanatismo podremos visualizar la dimensión de la crisis. Reflexionemos un poco, ¿cuál fue la razón profunda del golpe militar dado al demócrata y honesto Arturo Illía, que por cierto era cordobés, en 1966?

¿Cómo ves en este escenario la participación de Rusia y Estados Unidos en los asuntos de Venezuela?

-José Hernández dice: “Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera, tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera”. Parte de los dirigentes de oposición comenzó a hacer lobbies en el año 2014 en el extranjero. Buscaron aliados, buscaron repudio internacional al recién electo presidente Maduro, y lo consiguieron en gran parte, luego buscaron bloqueo, sanciones y lo consiguieron en gran parte, algunos más fanáticos, al ver que el madurismo conservaba una base social dura comenzaron y piden intervención de tropas extranjeras y hacen periódicamente acciones de calle violentas e intentos de golpe. Toda esta crisis también motivó a que miles de personas de Venezuela buscaran horizontes de trabajo y vida tranquila en otras naciones. Me imagino que muchos de la oposición, me imagino que otros, unos cuantos simpatizantes del modelo chavista, el grueso de todos ellos, gente de trabajo, gente buena, emigrantes. Nosotros en Argentina tenemos una gran experiencia sobre emigración europea, asiática y sudamericana. La intervención es un hecho de violencia, un hecho injusto, la injerencia es una injusticia y violencia solapada. Creo que los venezolanos tienen que dilucidar sus problemas entre ellos, como en el hogar de uno, pobre el esposo o la esposa que su cónyuge llame al matón del barrio para imponer su idea. ¿Alguien puede pensar que esa es una solución? Para los más apresurados les digo, cuando nos duele la cabeza no es cortándonos la cabeza como vamos a solucionar el dolor, es buscando alternativas y soluciones prudentes y saludables para mitigar nuestro dolor y construir la alegría y la vida.