Pasaron 2 años del anuncio de su remediación y 30 años de que finalizara su etapa de producción, sin embargo la mina de Los Gigantes sigue sin tener una solución final y sus desechos se mantienen como foco de contaminación radioactiva en toda la cuenca del San Roque.
En 2017, la Comisión Nacional de Energía Atómica, anunció (anuncio que ya se había hecho en 2007 y 2009) que se iba a realizar el cierre definitivo y la remediación de la mina de Uranio de Los Gigantes.
En el lugar permanecen aún 2.400.000 tn. de colas de uranio, 1.000.000 tn. de estériles y 600.000 tn. de mineral marginal según dato de la CNEA.
La mina cerrada y abandonada Los Gigantes se ubica entre dos arroyos: El Cajón y El Cambuche. El primero de ellos es uno de los afluentes del río San Antonio, que luego atraviesa las cinco comunas que conforman el sur de Punilla, pasa por Carlos Paz y desemboca en el Lago San Roque, del cual se provee de agua Córdoba Capital.
En la zona de los Gigantes llueve entre 1000 y 1100 milímetros anuales, números que han sido superiores entre 2015 y 2019.
Con ese nivel de precipitaciones, los especialistas aseguran que se producen desbordes en el dique de cola y la pileta de decantacion , ambas sin ningún tipo de protección y al aire libre.
Con estos desbordes, se derraman sustancias tóxicas a los arroyos. Esta contaminación produce alteración de la flora, la mortandad de los peces y el deterioros en animales de la zona como por ejemplo el comprobado de las pezuñas de las vacas totalmente carcomidas por estar en continuo contacto con las aguas contaminadas.
Cuando Los Gigantes estaba en pleno funcionamiento se comprobó que el complejo minero realizó descargas clandestinas de soluciones de ácido sulfúrico utilizado en la lixiviación del Uranio, y se pudo percibir la contaminación en el cauce del Río San Antonio, cuyas aguas presentan coloraciones verdosas y azuladas, producto de volcamientos.
Fuentes: La Voz del Interior, noalamina.org , Desidia Nuclear
Quieren llevar los desechos nucleares de Córdoba a Los Gigantes