Nunca es una noche más y la velada de vigilia del 2 de abril trae recuerdos que no se borran de la memoria de los veteranos de la Guerra de Malvinas y de sus familiares.

Este año, en la Plazoleta Mayor Fernando Casado se montó el museo itinerante de los veteranos de Carlos Paz y hubo chocolate caliente para los que participaron del acto.

Ricardo Vélez y Lorenzo Gigena hablaron con Carlos Paz Vivo sobre el sentir verdadero de esta fecha.

Lorenzo tenía 18 años cuando llegó a las Islas y asegura que su vida había sido muy sufrida antes de llegar a la Guerra. “Era una era de trabajo. Quedé huérfano a los 12 años y tuve que ir a la escuela y después trabajaba porque si no no se llenaba la olla. Falleció mi mamá, que era soltera, y quedé sola. Mi hermano mayor se hizo cargo de nosotros. Tuvimos que pelearla como sea hasta los 18 años trabajaba 10 horas por días en una fábrica”, dijo.

Vigilia y actos para evocar la gesta de los veteranos de Malvinas

“La mayoría de los compañeros que estuvieron en la Guerra eran sufridos. Quiero recordar al soldado Romero, que falleció en la guerra. Eran hijos de madre solteras y fueron a Malvinas igual”, sostuvo Gigena.

Para él, no pasó el tiempo. “Siempre se te pone la piel de gallina y se transpira cuando te preguntan por Malvinas. Una Guerra deja secuelas imborrables”, indicó y recordó a tres compañeros: Vallejos, Pizarro y Romero.

Vélez por su parte, dijo que se sienten honrados por los argentinos. “Después de los 12 años de olvido, empezó a andar mejor. Fuimos poniéndole el pecho a las balas, como quien dice”, indicó.

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