El carlospacense Osmany, ya recuperado, donó plasma en el Hospital San Roque

Osmany Estopiñán es cubano, tiene 50 años y hace una década que se radicó en Carlos Paz, donde tiene su actividad empresarial y su familia: su esposa Adriana y su pequeño hijo Dante. Su caso es uno de los 9 computados en nuestra ciudad desde que comenzó la pandemia.

En Carlos Paz fue el propietario del resto bar cubano Oye Chico, que continúa su actividad hoy en Córdoba capital y tuvo además relación con obras de teatro y el mundo del espectáculo. Hoy maneja una agencia de viajes: A Gozar Turismo.

Osmany tuvo que viajar a principios de marzo a Miami por trabajo. Al regresar, el 27 de marzo en Ezeiza, mientras guardaba cuarentena en uno de los hoteles designados para los repatriados, comenzó a sentirse mal. “Pasé momentos durísimos y gracias a Dios la pude contar”, contó en diálogo con CarlosPazVivo!

“Empecé a sentirme mal con malestar en el cuerpo y fiebre, era como una gripe, de allí me llevaron a un hospital en Ezeiza y ahí mismo me diagnosticaron Covid-19 y quedé internado”, cuenta el empresario.

A los primeros días de internación los pasó en Buenos Aires y luego logró ser trasladado a Córdoba: “Yo tenía temperatura de 39 grados y ya me sentía bastante mal. Por suerte allí estuve 3 días y después, gracias a Adriana que se movió mucho, me hicieron el traslado con una ambulancia con todos los requisitos y los protocolos, parecía un viaje de la NASA. Allí quedé internado en el Sanatorio Allende”, continúa.

“Yo llegué al Allende con una insuficiencia respiratoria, tenía muy mala oxigenación en sangre y cuando me hacen placa tenía una neumonía en el pulmón derecho. Me costaba respirar, me dolía todo el cuerpo. Me sentía muy mal. La enfermedad empieza como una gripe normal y de a poco se te va complicando todo el cuerpo hasta que te cuesta respirar. Estuve 3 días con respirador hasta que empecé a mejorar”, relata el empresario quien cuenta que ese fue el peor momento: “Dije: ¿donde estoy?, ¿por qué no me puedo recuperar de esto?”.

El proceso le llevó una pérdida de peso y masa muscular: “Bajé 5 kilos. El malestar es muy fuerte. Realmente es una enfermedad muy fea. Parece muy sencillo al inicio. Uno toma los medicamentos y todo y la enfermedad empieza a trabajar y te sentís cada vez peor”.

Buen estado previo

Osmany señala que su buen estado de salud previo lo ayudó: “Yo nunca padecí de nada, no voy nunca al médico, más que un chequeo anual y esta enfermedad me cambió todo. Me cambio la coagulación en sangre, el hierro, me hacían análisis y tenía todos los parámetros complicados. Pero atravesar la enfermedad es un proceso es muy complicado.  Cuando salís de fiebre, a la hora te empieza a subir de nuevo y te sentís muy mal”.

Superar la enfermedad le llevó más de un mes: tres días en Buenos Aires, nueve días internado en Córdoba y luego en cuarentena absoluta en su casa de Carlos Paz donde permaneció aislado en un cuarto durante 20 días. “Fue un proceso muy largo de estar encerrado. Mi miedo era estar bien aislado para no contagiar a nadie, principalmente a mi familia. Por suerte tenemos un lugar separado de la casa con su propio baño y demás, donde pude atravesar la recuperación y el aislamiento”.

En ese aislamiento, y con tiempo libre, Osmany comenzó a leer y averiguar para poder donar plasma.

“Empecé a investigar el tema de la donación de plasma y me ofrecí voluntariamente a que cuenten conmigo. Ese proceso comenzó  con muchos análisis y después me llamaron porque me dijeron que como tuve una enfermedad muy fuerte tenía unos anticuerpos muy potentes. Por lo que me llamaron para que vaya”, explica.

“Fui al Hospital San Roque y me atendieron muy bien. Hicieron todo el proceso y con lo que me extraen a mí, pueden ayudar a 3 personas. La idea es que la gente se anime y pueda donar”, dice.

A pesar de su buen estado de salud, el empresario señala que le quedaron algunos parámetros bajos de coagulación y hierro en sangre en los que tiene que trabajar y hacer ejercicio físico todos los días: “Me tengo que hacer muchos análisis ahora porque te queda todo el cuerpo desordenado. Estoy haciendo bicicleta todos los días y eso me ayuda mucho”.

Para finalizar el hombre señala la importancia de cuidarse: “No es una gripe común. Si te pega fuerte como me pegó a mí y uno no está tan bien de salud, puede pasar para el otro lado. Es muy importante cuidarse y manetener las normas y el distanciamiento”, cuenta.