Una de las situaciones que más complicaciones trajo la cuarentena es la realidad económica de los comercios que forman parte de la actividad esencial como negocios de ropa, calzado, decoración, artesanias, librerías, etc.
Sin la posibilidad de abrir las puertas y en muchos casos con cuentas y alquileres por pagar, la cantidad de comercios cerrados se duplicó llegando a cifras históricas de un 30% en la ciudad de Córdoba.
Carlos Paz, con su dependencia del turismo ve como esa realidad es aumentada por la prolongación de lo que se proyecta en torno a las salidas turísticas en el país.
Claudio Tondo, es propietario de una joyería y relojería en el centro y describe el problema como muy grave: “El comercio es un atractivo importante de la villa, el centro, los comercios es un punto de encuentro importante, y lo estamos perdiendo”, explicó.
En coinidencia con esta opinión, Claudio Manasero, también comerciante de la zona céntrica, coincide en la importancia del turismo y en la gravedad de la situación: “La única industria que tiene la ciudad es el turismo y va a ser lo último que se va a reactivar. Yo creo que hasta diciembre vamos a estar complicados. Hoy tenemos un 25% de locales vacíos en pleno centro y las galerías. Estamos muy complicados”, expresa.
Tondo, afirma que el aislamiento expuso lo que ya venía sucediendo: “La pandemia parece que la única virtud que tiene es exponer todos los problemas precedentes agravados. Esta pandemia desnuda esta realidad que ya venía dándose”.
“Uno recorre las tres galerías céntricas de Carlos Paz y tiene la muestra de que está pasando. Está todo cerrado. El costo social de lo que está pasando va a ser muy grave”, agrega el joyero.
“Se pueden planificar muchas cosas, pero prever lo que iba a pasar, imposible. Cuando yo empecé con esto los inviernos eran muy crudos. No había nadie. Y hoy pasa esto mismo: no hay nadie”, explica Manasero.
Verónica Muñoz tiene 4 locales de ropa distribuidos entre el centro oeste y la zona de las galerías: “Nosotros estuvimos 20 días inactivos completamente y fue muy difícil. En ese tiempo que estuvimos parados empezamos a armar bien las redes sociales para darle un perfil de venta. Y cuando arrancó el permiso para vender on line, eso nos sirvió mucho por el tipo de ropa que nosotros tenemos: ropa urbana y joggins y demás”, explica.
La comerciante asegura que la situación ha sido más grave para quienes no estaba stockeados: “Nosotros tuvimos la suerte que nos agarró con mercadería, porque muchos no pueden ni siquiera abastecerse. Las fábricas estaban cerradas, los proveedores de Buenos Aires no podían despachar, se hacía muy complicado”, y explica que los comerciantes que habían logrado hacer una diferencia en la temporada de verano, la perdieron: “Esta situación, nos comió el colchón de la temporada. Como veníamos de la temporada de verano, eso nos permitió subsistir, pero se fue todo en esta situación”.
En ese sentido, Muñoz asegura que la apertura de los locales en la última flexibilización, no cambió demasiado: “Seguimos vendiendo casi todo on line, la gente todavía no se anima a salir a comprar, no va a los locales”, explica.
El alquiler, un gran problema para los comerciantes
Claudio Manasero tiene que pagar alquiler en algunos locales, pero en otros es él quien alquila al ser propietario. Desde su doble rol, insta a llegar a acuerdos: “La necesidad es que nos involucremos todos. El dueño de la propiedad, el inquilino, el sindicato, el empleado, tienen que pensar en una salida conjunta. No va a quedar otra para poder arrancar de nuevo.”
En tanto Verónica Muñoz asegura que pudo arreglar con sus arrendatarios un descuento por estos meses: “A nosotros nos hicieron 50% y 30% de descuento en los locales. Fue una ayuda enorme que los propietarios nos hayan ayudado con eso. Fue un salvavidas en el medio del desierto”.
“No tenemos quien nos escuche”
Otra de las cosas en que coinciden todos los entrevistados es en la ausencia de un Centro Comercial que los represente con el peso que eso implicaría.
Manasero cuenta que esa realidad la están tratando de suplir: “Estamos tratando de hacer algo con la cámara de Turismo y tener un poco de representatividad, pero la verdad es que hoy no podemos presionar desde ningún lado. Con el individualismo no vamos a llegar a ningún lado. La pandemia va a ser muy grave pero la post pandemia va a ser muy grave también”.
En ese sentido, Tondo coincide en el reclamo de tener alguna voz en el sector: “El centro comercial no nos representa para nada. Nosotros no tenemos llegada, ni voz ni voto, ni representatividad ni en el estado municipal ni a los organismos provinciales y no tenemos como transmitir nuestros problemas”.
Desde el Centro de Empleados de Comercio, aseguran que por el momento no pueden tener estadísticas de bajas en el sector ya que la mayoría de los empleadores no está haciendo los aportes. “Es una situación que tenemos invisibilizada y que seguramente vamos a volver a percibir cuando se normalice todo”, expresaron.