Silvia Suárez junto a Prinio Carreras.

Silvia Suárez es de esas mujeres admirables a las que la vida supo poner en un lugar clave para poder ayudar a otros, para ser puente entre las personas, para tender una mano cuando es necesario.

Creadora y gestora principal del merendero Solecitos Naranjas ubicado en el sector llamado Las Latitas, Barrio Colinas de Villa Carlos Paz, asegura que su vocación de servicio, su deseo de brindarse a otros, nació en septiembre de 2009 cuando tras llegar con sus hijos a la ciudad desde Buenos Aires sin un lugar donde vivir, los vecinos del barrio la ayudaron a salir adelante, con compromiso y afecto.

“Fueron solidarios conmigo, me dieron lo mejor de cada uno. En aquel entonces la palabra solidaridad no era solo una palabra como ahora. Se la vivía con intensidad y se la ejercía, se hacían cosas concretas para ayudar al otro”, manifestó Silvia en una entrevista realizada en el programa Una de cal (FM Más Rock 106.5), junto a su esposo Prinio Agustín Carreras, colaborador del merendero.

“Por aquel entonces conocí a un loco hermoso, el periodista Indio Montesinos, quien contó mi caso apenas me conoció, revolucionó y movilizó a todo el Concejo de representantes de la ciudad y de ese modo colaboraron conmigo y mis hijos. Imaginate, una mujer sola haciendo frente a todo con los chicos… ¡Cómo no voy a devolver el amor y la entrega de toda esa gente de alguna manera!”, manifestó emocionada.

Solecitos naranjas, un lugar pensado para los niños y niás de Colinas.

Solecitos naranjas

Una vez que Silvia sintió ya estaba acomodada en Carlos Paz, que había pasado una de las peores crisis de su vida, le dijo a su esposo Prinio, inspector de tránsito del municipio con 41 años de trayectoria a quien también conoció en Villa Carlos Paz: “Hoy empiezo a ayudar a la gente del barrio. Andá a comprar leche, azúcar y galletitas. Voy a invitar a los chicos a tomar la leche, voy a hacer un merendero en casa”, contó la mujer.

Por su parte,  Prinio comentó: “Me sorprendí un poco pero le dije que sí, fui a comprar las cosas y desde ese día, no paramos”.

Solecitos Naranjas existe hace 11 años. No solo brinda una tasa de leche a 165 niños y niñas, sino que se les da contención y cuidados. Distintos colaboradores realizan talleres artísticos  para ellos como folclore y apoyo escolar, los sábados por la mañana. Y los sábados por la tarde, funciona una escuelita de fútbol.

“Queremos que los niños vayan a disfrutar, a jugar y a compartir. La idea es ayudar a los papis también que trabajan”, enfatizó Silvia.

Actualmente, ella siente que su sueño de hace una década se hizo realidad. “Yo pensé cuando abrí el merendero que los solecitos eran niños que estaban amaneciendo a la vida-aún lo pienso- y cuando una los ve crecer, a aquellos que pasaron por mi merendero y hoy los ves con hijos, una entiende que es como el sol al mediodía, porque ellos están grandes, casados, con hijos, estudiando o trabajando algunos”, reflexionó la mujer, y continuó: “Cuando cae el sol al atardecer y estoy sentada, los veo pasar con sus familias. Ahí es cuando me doy cuenta el camino que una va haciendo, que vamos haciendo juntos”.

El trabajo, la principal necesidad

Una de las principales necesidades de la gente de Colinas es, según Silvia, la de un trabajo digno que les permita sostener a sus familias y salir del círculo de la pobreza.

“Es un barrio de pasteliteros principalmente, y cuesta mucho que funcione una economía familiar con esos ingresos. Trabajan a full durante el verano, pero se complica en invierno”, admitió.

Por otro lado, Silvia reclamó hay mucho abandono de parte del estado municipal respecto a las acciones sociales que necesita el barrio.

“Estamos con nuestra gente día y noche y si hay situaciones de emergencia, acompañamos también. Tratamos de apoyar a las mujeres que han sido violentadas y sufren violencia de género. Además apoyamos al hombre que quiere trabajar y no consigue. Siempre estamos atentos para ayudarlo y animarlo hasta que lo logra. El estado, ausente”, aseguró.

La espalda del municipio

A fines del año pasado, Silvia había sido convocada para recibir un reconocimiento por parte del Concejo de representantes debido a su labor social en Solecitos naranjas, sin embargo, algunos concejales se lo negaron.

En relación a esto, sostuvo “hay una especie de celo”. Y siguió: “Si uno reconoce que hay un merendero, reconoce que hay necesidades insatisfechas y eso para ningún gobierno es bueno”.

El merendero es una voz de alarma social que busca ser silenciada, como la de tantos merenderos de Villa Carlos Paz, pero que sin embargo recibe ayuda de otras instituciones sociales intermedias como el Club Lechero de la ciudad, y muchas personas del barrio con voluntad de colaborar con verdadera vocación.

Sumar

Actualmente en Solecitos naranjas están recibiendo donaciones para los niños y niñas del barrio y alrededores. Solicitan calzado, ropa y útiles escolares para el inicio de la escuela. Además, se necesitan los mismos elementos más alimentos no perecederos para una familia de Mendoza con cuatro hijos que llegaron a Villa Carlos Paz por un supuesto trabajo prometido que no llegó a concretarse.

Para ayudar, el teléfono de contacto es 3541226523.