Parchís: El documental, dirigido por Daniel Arasanz y producido por Inedit Producciones, es uno de los documentales españoles más vistos en este último tiempo de la plataforma de streaming Netflix.
La producción audiovisual que formó parte del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), es un homenaje a la banda infantil española Parchís que conquistó a niñas, niños, jóvenes y adultos entre 1979 y 1985.
La agrupación que grabó 17 discos y llegó a hacer siete películas, tuvo éxitos memorables como El twist del colegio, Ven a mi fiesta, Veo veo, Fin de curso, Hola amigos, entre otros.
Quizás una de las claves de la popularidad de la banda conformada entre por Yolanda Ventura, Constantino “Tino” Fernández, Gemma Prat, Óscar Cañada -que luego fue reemplazado por Francisco Díaz-y David Muñoz, es que era un grupo de niños (ciudadosamente elegidos) cantando y actuando para otros niños. Cuando siempre habían sido los adultos quienes ocupaban el rol de cantarle a la infancia.
Popularidad, éxito y descontrol
El documental pone el foco en el extraordinario éxito y popularidad que consiguió el grupo en el mercado de lengua hispana y en la revisión que los integrantes del mismo y personas que trabajaron con ellos, hacen de aquel momento de fama ascendente.
Con una estructura narrativa basada principalmente en el relato de cada uno de los protagonistas, manager, representante en México, profesoras, tutor, y algunos padres y con la incorporación de material de archivo (videos de presentaciones en vivo en teatros y programas de TV, entrevistas de televisión, películas, recortes de diarios de diferentes países, backstage de ensayos, etc); el relato también habla de trabajo infantil, explotación laboral y de la negligencia de los adultos.
En largas entrevistas fraccionadas, los protagonistas cuentan pormenores del grupo, sobre la relación que había entre ellos, cómo vivían las giras por distintos lugares de España y Latinoamérica, y hablan de la vinculación algo difícil con la discográfica Belter . Es a través de ellos que nos enteramos también del descuido y falta de límites por parte de los adultos cuando los chicos estaban de gira y de su despertar sexual precoz, entre otras cosas.
En este documental, los temas más fuertes que se mencionan quedan sin la exploración adecuada. No hay profundidad, más bien se dedica a la superficie. Permite ver la negligencia de los padres que aumentaban sus ingresos significativamente mientras los chicos trabajaban y el descontento de la madre de uno de ellos, Victoria Cañada, quien termina rescindiendo el contrato y sacando a su hijo de Óscar de Parchís. Pero ahí queda.
Esta madre que se muestra, es la única que tiene una postura crítica respecto a lo que vivían los niños en aquel momento, -con fundamentos-, porque fue quien acompañó a su hijo a todos lados.“Los explotaban, no les pagaban lo que correspondía”, asegura la mujer que era vista por los otros padres como una “problemática”.
Sin embargo, puede verse a Yolanda y Gemma, ya adultas, decir que sus padres no pusieron límites y no hicieron foco en sus derechos de niñas, como si fuese una anécdota pasajera. Y a todos decir que hacían lo que querían en las giras, que cometían destrozos en algunos hoteles, que tenían todo en abundancia y que vivían como en la isla de El señor de las moscas.
Por otro lado, cuando aparecen otros padres de los chicos, lo hacen para quejarse de un posible fraude de la compañía discográfica Belter, que al parecer se quedaba con un considerable porcentaje de las ganancias de los Parchís. Pero desde un primer momento, el negocio que tenía a los niños como protagonistas, no fue regulado por ningún adulto. Algunos de sus derechos fueron considerados a lo largo de los años, como poder descansar un día a la semana.
Enojo y reconciliación
La cinta también recuerda el enorme enojo que todos sintieron cuando Tino se convirtió en solista y los dejó, justo cuando tenían la oportunidad de formarse como artistas en Estados Unidos, conquistar el mercado de allí y cumplir el tan anhelado sueño americano.
Hacia el final, Parchís el documental muestra a los adultos Parchís unidos, pudiendo vencer los viejos rencores, pero sigue sin aportar datos que brinden una mirada reveladora del gran fenómeno social que fueron. No sabemos realmente cómo impactó todo aquello que contaron en sus vidas adolescentes y adultas. Solo algunas menciones algo tímidas: “el después de Parchís fue difícil”, nada más.
Si la vida es un cúmulo de experiencias como menciona uno de ellos, ¿fue Parchís sólo una experiencia o un cúmulo de experiencias que hicieron que esas personas vivieran precozmente las mieles y los sinsabores de la vida en sólo seis años?
Trabajo infantil, explotación y descuido de los adultos, son contados desde una perspectiva moderada que se muestra demasiado indulgente y liviana frente a una realidad que es abordada desde su superficie.