El gobierno de Brasil suspendió provisoriamente las licencias de exportación a las 21 plantas industriales investigadas por supuestamente adulterar carne pero les permitió seguir vendiendo sus productos en el mercado interno, informó esta noche el ministro de Agricultura, Blairo Maggi.
El funcionario consideró “natural” que los importadores pidan información a Brasil sobre lo ocurrido pero advirtió que si todos los países interrumpieran la importación de carne brasileña, esto sería un “desastre” para el país, informaron las agencias de noticias ABR y EFE.
El viernes pasado se reveló que una investigación de la Policía Federal (PF), la llamada operación Carne Débil, determinó que varias de las mayores empresas frigoríficas de Brasil adulteraron, con productos químicos, carnes que estaban en mal estado para exportarlas de todos modos.
Las irregularidades detectadas abarcaban desde el cambio de la fecha de vencimiento hasta la inyección de agua para alterar el peso y la utilización de ácido ascórbico para disimular el deterioro de las carnes.
Según la PF, en esos hechos están implicados inspectores estatales y ejecutivos de empresas que sobornaban a los primeros para que avalaran el despacho de la mercadería.
El presidente Michel Temer intentó desde el fin de semana moderar el impacto de la noticia, pero al menos Chile, China, Corea del Sur y la Unión Europea (UE) adoptaron hoy distintos tipos de barreras a la importación de carne brasileña.