Por Sol Castro. Pasaron los Premios Carlos 2019, los galardones más importantes que se entregan en Villa Carlos Paz a lo mejor de la cartelera teatral de la ciudad en verano, y a pesar de la promocionada ausencia de Flavio Mendoza y su Siddhartha, la ceremonia de premiación se vivió como la gran fiesta de la escena teatral a nivel nacional, transmitida por la Televisión pública. Tuvo una buena organización y asistencia por parte del público, con glamour, y sobre todo, con compromiso y un respetuoso cariño hacia los artistas.
“Cuando llegué a Villa Carlos Paz, no sabía lo que iba a pasar, pero enseguida tuve una muy buena acogida en la ciudad. Fui recibida tan bien, y gustó tanto mi obra, que me quedé anonadada. Con todas las nominaciones que recibí, tres para los Carlos, la verdad, ¡estoy re pipona! De ahora en más, todos los veranos, vendré a Villa Carlos Paz”, eso fue lo que me dijo la actriz Liliana Pécora, ayer por la noche, después de ganar el premio al Mejor unipersonal, por su obra Mujeres de 60.
Es que una de las características de la celebración fue la emoción genuina con la que artistas de la talla de Pécora, René Bertrand, Fátima Flórez, Pichón Baldinu, Roly Serrano, Diego Ramos, Ariel Tarico, entre otros, y demás actores emergentes de gran talento como Maximiliano Romero, Melisa Planas (ambos de Mauo, un amigo espacial) Jorgelina Castagno (la pasaya Alehí), o Diego Sorba (El tesoro de los niños); festejaron y agradecieron haber ganado premios o simplemente, haber sido nominados.
Desde Sol Fijo, la querida hija de Piñón, quien recibió una distinción del jurado por el trabajo artístico realizado junto a su familia, hasta Fátima Flórez, que se llevó el premio mayor de la noche, el Carlos de Oro, dieron muestras de gratitud al público y a periodistas locales, ya sea en sus encuentros personales con la prensa, -en breves notas realizadas-, como en los discursos públicos, luego de recibir una estatuilla. Si bien esto debería ser común en cualquier ceremonia de premios, la camaradería de los artistas con el público y los periodistas- que en definitiva no somos más que los mediadores entre éstos, las obras de arte y sus destinarios-, fue auténtica y sentida, en la mayoría de los casos. Tal fue la sensación reinante, y esto no sucede siempre.
De eso se tratan los Premios Carlos, son principalmente un incentivo para la creación y producción artística, que tan bien le hacen a nuestra ciudad, a sus habitantes y su turismo.
Por otro lado, el viejo reclamo que señala: “En Carlos Paz, el teatro de verano es pasatista y puro entretenimiento”, por suerte y por esfuerzo de todos, está quedando cada vez sin menos argumentos, gracias a la llegada de un teatro más arriesgado, experimental e innovador como las propuestas de Hombre vertiente de Baldinú y Matadero de Benteifour; y las obras con buena dramaturgia y actuaciones como El Plan de Bertrand y Almirón, y Brujas, escrita originalmente por el español Santiago Moncada.
Mención aparte merecen los espectáculos para chicos, que este año se lucieron por su diversidad, originalidad y calidad artística.
Es cierto que quizás haya demasiadas ternas o menciones especiales en los Premios Carlos, cuestión que para algunos responde a una necesidad de no dejar a nadie sin distinguir, pero tal vez lo que más haya molestado en esta edición a los artistas cordobeses, -sobre todo a los que hacen humor-, es que no se los haya reconocido en ningún rubro.
En fin, en una premiación el componente subjetivo siempre tiene gran peso, más allá de la objetividad y sapiencia del jurado a la hora de evaluar las producciones.
En lo personal, espero que en la próxima temporada no haya nadie que se baje de estos premios ni de otros premios, por temor al rechazo o a perder el protagonismo logrado en temporadas anteriores, o por cualquier otro motivo que ahuyente la voluntad de un grupo que busque distinguir a otro. Sí, así, tan sencillo…
Siempre suma valorar las instancias de estímulo, promoción y celebración del arte en todas sus manifestaciones. Después de todo, honestamente, ¿a quién no le gusta recibir un reconocimiento?
Por último, elijo las palabras pronunciadas por Fátima Florez tras recibir el Carlos de Oro, a quien considero una figura inteligente y magnética, cuyas características tienen para mí, un efecto en el público, incluso mayor, que su último espectáculo:
“Quiero seguir enamorando al público, conquistándolo. Yo esperaba a los jurados que me tengan en cuenta, y me llevé el este premio máximo. Uno no está preparado para esta emoción. El premio me sorprendió completamente. Detrás de cada éxito hay un gran equipo, el mayor premio es el público pero el oro también está buenísimo, para que uno como artista, se esmere cada día más, crezca por el público, por los periodistas, por todos, la verdad estoy agradecidísima”.