Pasaron casi 90 días desde la última vez que alguien vio llover en Carlos Paz. Algunas lloviznas esfímeras que no llegaron a mover el pluviómetro y las dos nevadas que se produjeron en las altas cumbres, fueron los hechos aislados que cortaron con una sequía que ya va para los 3 meses.
La última lluvia que se registró en la zona se dio entre el 7 y 8 de mayo y aportó 85 milímetros en algo más de 36 horas. Después de ahí: nada.
La importante cantidad de días sin precipitaciones, algo habitual en esta época, pero llevado al extremo en este 2018, ha ocasionado que el lago San Roque tenga una pronunciada bajante de más de 1 metro durante julio, llegando a 32,80 metros. Casi tres metros de lo que llegó a estar a principios de mayo.