Un informe del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia que elabora la Universidad Católica señala que el 39,7% de los menores de hasta 14 años son pobres en ingresos. La cifra corresponde a 2017.

De acuerdo al informe, basado en un enfoque multidimensional de la pobreza y no solo teniendo en cuenta el aspecto económico, el 62,5% de los menores de hasta 17 años tiene alguno de sus derechos vulnerados, de esta manera es el nivel más alto desde 2013.

En el relevamiento de la UCA, además de los ingresos necesarios para subsistir, se miden índices vinculados con la alimentación, la salud, la vivienda, los espacios de socialización y el acceso a las nuevas tecnologías, entre otros.

Desde el año 2004, el Observatorio de la Deuda Social Argentina presenta informes anuales en base a una encuesta nacional con indicadores de desarrollo humano e integración social (Encuesta de la Deuda Social Argentina) a hogares residentes de áreas urbanas del país.

“Este gobierno tiene como prioridad reducir la pobreza en nuestro país. El primer paso en este sentido fue sincerar, hablar con la verdad. Creemos que reconocer el problema es la única manera de empezar a solucionarlo”, sostuvo al diario La Nación la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley.

“Hace años sostenemos que la pobreza infantil es una deuda pendiente: es hora de pasar a la acción. Y para eso necesitamos dimensionar el problema y visibilizarlo. Analizar las privaciones que sufren los chicos, conocer los lugares en los que viven, sus sueños y sus proyectos, es corporizar la desigualdad y traducir las estadísticas en los nombres propios”, explica a ese diario Sebastián Waisgrais, especialista en Monitoreo e Inclusión Social de Unicef Argentina.

“Es claro que todavía tenemos deudas pendientes muy significativas, que los desafíos son superlativos y estamos muy lejos de un ejercicio efectivo de los derechos de los niños”, explicó Ianina Tuñón, coordinadora del Barómetro de Infancia de la Universidad Católica Argentina.

La mala noticia es que la coyuntura actual contribuye a profundizar las brechas. Los especialistas coinciden en que la recesión, la inflación, la devaluación y el aumento de tarifas tendrán un correlato negativo en los niveles de pobreza.

“Seguramente la pobreza por ingresos va a tener otro rebote. Los otros indicadores tienen una evolución que es lenta, y son claramente las políticas de gran escala las que cambian las estadísticas. Y lo que se ve es que se van ampliando las desigualdades en el país”, dice Tuñón.