José atiende un kiosco sobre la avenida 9 de Julio y si bien ya cuenta con la posibilidad de cobrar con el servicio de Posnet, asegura que por los bajos montos de cada venta en su comercio, significa todo un inconveniente ponerlo en práctica.
Desde el 1° de abril, la AFIP obliga a todos los comercios del país y también a los profesionales a contar con este servicio alternativo de cobro. En lugares turísticos, como el caso de Carlos Paz y todo el Valle de Punilla, el servicio es incipiente y esto es, justamente, una de las críticas recurrentes de los turistas.
En un local de ropa del boulevard Sarmiento, un turista que llegó para pasar la Semana Santa preguntó el precio de una campera deportiva. El precio de contado era de 750 pesos mientras que el valor se elevaba a 850 para quienes querían pagar con tarjetas de crédito o débito.
El dueño de un restorán del centro, que pidió no ser nombrado, aseguró que la medida de la AFIP está bien. “Fortalece las ventas y posibilita que la mayoría de la gente que tiene tarjeta pague de esta manera. Pero esto tiene que ver con la presión fiscal, no dejar cabos sueltos en la evasión. Al bancarizar todo, se posibilita más ingresos para el Estado”, consideró y añadió: “La otra lectura que hay que hacer es que es necesario que se bajen los impuestos para que este tipo de medidas se tomen mejor por parte de los comerciantes”.
Para los comercios chicos
Mario Sansone, dueño de restoranes en la ciudad, aseguró que en este caso no están en discusión los grandes contribuyentes si no los monotributistas y los autónomos que son comercios de menor facturación.
“Cuando analizamos poner medios electrónicos de cobro no podemos abstraernos de dos situaciones muy importantes. La primera es la tecnológica, porque estamos en un país donde hay lugares donde Internet no funciona de la mejor manera”, aseguró y apuntó: “Pareciera que quienes legislan y ponen las normas conocen si hay inconvenientes en poner en marcha esas normas”.
“La otra cuestión es la impositiva: existe una situación agobiante y esto agrega un costo más a comercios que en teoría son de facturaciones menores que van a tener que entrar a un sistema bancarizado, estarán obligados a tener una cuenta corriente, a recibir el descuento de la comisión de la tarjeta de débito, el IVA sobre ese descuento, las retenciones de ingresos brutos y en algunos casos el impuesto a las Ganancias”, señaló Sansone.