Damaris Bustamante, un de las mamás que perdió un bebé en lo que se sigue como una serie de asesinatos en el Hospital Neonatal, declaró durante varias horas hoy ante el Tribunal y los jurados populares en el juicio en el que se sustancia la causa.
Antes de comenzar su testimonio, la mujer pidió que Brenda Agüero, la enfermera que es la principal acusada en la causa, no estuviera en la sala durante su declaración.
Es que apuntó contra ella al señalar que cuando llegó a tener a su hijo, Benjamín, fue víctima de violencia obstétrica de parte de la enfermera a la que se le achacan las cinco muertes de bebés entre abril y junio de 2022.
“Era hermoso mi hijo. Cuando lo tuve en el pecho, me miraba, sentí la conexión de la que todas mis amigas me hablaban”; relató Damaris cuando detalló los pocos minutos en los que tuvo a su hijo consigo apenas nació. “Su piel es lo más suave que toqué en mi vida. Estaba con muchas ganas de vivir, miraba todo, observaba mucho. En ningún momento lo vi mal. Si bien fue mi primer hijo, tengo diez sobrinos más. Pude acompañar a mi hermana en la crianza y puedo decir con seguridad que mi hijo estaba bien cuando lo amamanté. Después no sé qué pasó. Porque no me volvió a mirar más y después lo volví a ver en terapia intensiva”.
Violencia obstétrica
Damaris aseguró que fue víctima de violencia obstétrica y que luego de enterrar a su bebé su familia notó los moretones que tenía en los brazos. Apuntó directamente a Brenda Agüero como autora de ese maltrato.
Y contó que notó un cambio de actitud de la enfermera cuando su hijo fue derivado a la Unidad de Terapia Intensiva después de sufrir un paro cardiaco.
La hipótesis de la acusación apunta a la enfermera señalando que deliberadamente le inyectó una dosis mortal de potasio o insulina a los bebés que luego murieron y a otros ocho que logaron sobrevivir.