El 16 de julio de 2018, la ciudad de Tanti despertó con una noticia que conmovió a todos. Una vecina muy conocida de la ciudad había sido asesinada a golpes en el interior de su casa, la que habitó toda su vida.
Un cordón policial se montó en el frente de la casa de la calle Chaco, donde el cuerpo de Patrica Rosa Saad yacía en la cocína.
La mujer murió como consecuencia de golpes en la cabeza que se dieron con saña. El primero fue a traición y le siguieron al menos otros 10 que se ejecutaron con un elemento rígido que nunca apareció.
Seis años después, la fiscal del Tercer Turno de Carlos Paz, Jorgelina Gómez, ordenó la detención de Carlos Soria, un reconocido empresario de la construcción de la región. Lo imputó de delito de homicidio calificado por alevosía.
Las pruebas que comprometieron a Soria tienen giran en torno a una deuda que mantenía con la víctima con quien tenía una relación de amistad o proximidad de larga data.
Una de las cuestiones que lo cercaron fue que su camioneta Fiat Adventure aparece en diversas cámaras de seguridad en el horario en el que se estima que mataron a Saad en cercanías del lugar donde ocurrió. Además, los registros de las antenas telefónicas ubican el aparato de su propiedad en la misma zona.
Pero uno de los puntos más comprometedores tiene que ver con el análisis de ADN que se hizo en las muestras encontradas en la escena del crimen. Y aparecen dos componentes principales que corresponden a la víctima y al propio acusado.