Según se desprende de una investigación realizada por el Clarín, en el celular de la secretaria del expresidente Alberto Fernández aparecieron fotos de la ex primera dama con signos de haber recibido golpes. Las fotos fueron enviadas por Fabiola Yañez. También hay audios y chats con relatos de presuntas golpizas en Olivos.
La noticia señala que existen datos levantados del teléfono de María Cantero, la histórica secretaria de Alberto Fernández cuyo celular fue secuestrado y peritado por la Justicia en el marco de la causa por el escándalo de los seguros, donde se investiga la intervención de intermediarios en contratos de pólizas entre organismos del Estado, gracias a un decreto presidencial.
La investigación señala que uno de esos brokers, Héctor Martínez Sosa, se alzó con cientos de millones de pesos de fondos públicos en concepto de comisiones. Martínez Sosa es el marido de María Cantero, y al igual que ella íntimo de Fernández
El caso fue publicado por el periodista Ricardo Roa en Clarín en febrero. Aquella publicación generó un expediente judicial, que llevan adelante el fiscal Carlos Rívolo y el juez Julián Ercolini. En el marco de esa investigación los peritos de la Policía Federal extrajeron todo el contenido del celular de Cantero desde 2019 hasta este año.
Otros datos
En la misma causa se generó otra investigación, que surge de la fotos y otros chats entre la exprimera dama y la secretaria. El 13 de junio, el juez Ercolini abrió un legajo reservado en el expediente de los seguros, es decir un anexo secreto, que ni siquiera el fiscal Rivolo conoce.
De acuerdo con la investigación del mencionado medio, el 26 de junio, el juzgado decidió compartir -siempre de forma ultrareservada, en un sobre cerrado y firmado- ese material con la Oficina de Violencia de Género de la Corte Suprema de Justicia, donde fue analizado por una de sus máximas directivas, que recomendó citar a la persona agredida.
El día siguiente, 27 de junio, los periodistas acreditados en Comodoro Py lo vieron ingresar al abogado Juan Pablo Fioribello, quien representó a Fabiola Yañez y a Estanislao Fernández -el hijo mayor de Alberto- en demandas por difamación que finalmente ganaron.
El letrado, conocido por sus intervenciones mediáticas pero de consulta frecuente por empresarios y políticos de todos los partidos, ingresó al despacho de Ercolini a las 10 de la mañana, y salió de allí una hora y media después.
Aunque ninguno de ellos lo confirmó a CLARIN, en ese encuentro se habría acordado contactar a Fabiola para decirle lo que había surgido del teléfono Samsung gris de María Cantero: fotografías de ella con signos de violencia en su cuerpo, y chats de texto y de audio en los que Yañez acusaría a su marido por esos supuestos golpes.
Los diálogos, mensajes y fotos son de distintos momentos, incluso de cuando Yañez estaba embarazada, lo que quedó consignado en las angustiadas expresiones con que la mujer le cuenta a Cantero en chats y audios lo que supuestamente le habría hecho su marido.
En el teléfono habría cuatro fotos de la exprimera dama, una con un ojo y parte del maxilar superior muy hinchado por supuestos golpes y otra con visibles moretones en todo el costado derecho del tronco, con las costillas y la axila amoratadas de ese lado. La justicia también tendría en su poder un video en el que se vería una persona identificable como Fernández en una supuesta actitud violenta hacia su pareja.
Ese mismo jueves 27 de junio, el juez y el abogado organizaron un Zoom con Fabiola Yañez, que vive en España con su hijo Francisco. Según pudo establecer CLARIN, en esa reunión virtual la mujer fue anoticiada de las fotos y pruebas que fueron encontradas en el teléfono de la secretaria de Fernández y confidente, conversaciones e imágnees que indicarían la posible comisión del delito de lesiones leves en contexto de violencia de género.
Ercolini le preguntó a Yañez si quería hacer la denuncia correspondiente: la violencia de género es “un delito público dependiente de instancia privada”, cuya persecución solo puede ocurrir si la víctima lo requiere. Fabiola respondió que no tenía intención de viajar al país a hacer la denuncia.
El juzgado volvió a ponerse a disposición de ella, y resumió el incómodo episodio en una breve resolución de cinco páginas en la que no menciona a Fernández. Allí recordó que la supuesta víctima está residiendo en Europa (alejada de su esposo) y, por lo tanto, no correría peligro de nuevos actos de violencia doméstica. El juez recuerda, sin embargo, que el archivo de las actuaciones podría ser modificado en el futuro, si la víctima cambia de idea.
Fuente: CLARIN