La competencia europea, que se juega a la par de la Copa América, demostró la importancia de los sensores que tienen las pelotas de juego ya que llevan las decisiones arbitrales a otro espectro.
La primera vez que se vio su importancia fue el el partido de Bélgica y Eslovaquia, en el que los belgas anotaron un agónico gol para el empate pero el VAR y la nueva tecnología en el balón indicaron que, antes de la definición de Lukaku, un compañero había tocado. en una jugada que en otros tiempos hubiese pasado desapercibida.
Lo mismo pasó a Portugal cuando le anularon un gol frente a República Checa por el mismo aviso.
Sensores que lo registran todo
El “Fussballliebe”, pelota de la marca Adidas utilizada en esta competencia disputada en Alemania, utiliza una tecnología que registra y envía hasta 500 datos por segundo a los árbitros del VAR.
En el interior de la pelota hay 20 piezas de tecnología que permiten registrar cada fuerza que la impacta, no sólo con el pie, sino con cualquier parte del cuerpo.
“La tecnología del balón conectado puede ayudar a los árbitros con el video a identificar cada toque individual al balón, reduciendo el tiempo dedicado a resolver incidentes de toques con la mano y penaltis”, explicó la UEFA al anunciar la implementación de los sensores en diciembre pasado.
Esto se combina con un sistema basado en inteligencia artificial que detecta, a través de 10 cámaras distribuidas en el estadio los movimientos de cada jugador.
Estos datos están a disposición de los árbitros en la cabina del VAR.
Al revisar una jugada, como un gol, pueden determinar quién tocó la pelota y en qué momento.
Así, ya no se depende del ojo del árbitro o de las tomas de la televisión para saber cuándo fue golpeado un balón y en qué posición estaba quien lo recibió.