#PhoTortul 3144
“Caminos olvidados”
Unquillo/Cosquín – Córdoba
Febrero de 2024
Con este febrero con yapa ya en retirada, como parte de un verano que seguramente será inolvidable para la inmensa mayoría, por temas que no vienen al caso, decidí salir de ‘La Villa’ para respirar verde… cargar pilas… renovar retinas… mantener la capacidad de asombro… conocer más… enojarme menos… y más… mucho más.
La #RenoletaEternautica recibe una dosis inusitada de savia con octanos… y allá partimos, mis hijos y yo.
En Villa Allende y Unquillo nos demoramos lo que tardamos en encontrar una panadería de esas de barrio y atendida por sus dueños. ¿A que si?
El plan era surcar el viejo e histórico camino que cruza las Sierras chicas, para volver por Cosquín… nuestro Cuzco pequeño.
Esta bella senda serrana, técnicamente tiene el nombre de Ruta Provincial E54 pero eso es cosa de mapas y carteles. Para Renata Luz, Santi León y para mi es: ‘La Vuelta al Pan de Azucar’.
Reconociendo que es un dia de semana, lluvioso apenas, de esos que en la radio sentencian como un ‘feo día’ (¿?) siento que en la senda elegida estamos más solos que el Che en Bolivia. Esto me produce lo que los Rolling Stones llamaban ‘Mixed Emotions’ o sea: ‘Emociones mezcladas’.
¿Ma per qué? Diría mi abuela.
Pues bien, al revés que las piedras que ruedan, empezamos a trepar y les aseguro que no nos cruzamos con más que dos o tres vehículos, de esos que ‘piden gancho’ y que, a no dudarlo, pertenecen a lugareños que bajan a la ‘civilización’ desde su apacible ‘barbarie’ serrana.
Un jinete por aquí… dos ‘bikers’ por allá… de pronto una pareja de moteros que nos pasa y saluda desde su poderosa Harley… y poco más.
Miro el reloj temiendo que esté detenido el tiempo por orden del que maneja los hilos de este mundo loco… y no: sigue avanzando… y ya son más de las 11AM. Y se acabaron las chipacas de Unquillo, me informan desde el asiento trasero.
#QueLoPario
La tristeza… o más bien la desazón que me da el sentir que los turistas que visitaron mi provincia este verano, sin duda el peor de la historia, no saben o no pueden o no quieren o no les interesa conocer este tipo de santuarios silvestres de nuestro monte serrano.
Ese sentimiento amargo, se mezcla en un coctail perverso (como una jarra loca) con la alegría que me provoca estacionar en un puentecito de piedra picapedrada, agua que cae desde la fronda como una lluvia tardía y sombría sobre nuestras ‘sabiolas’, duendes por aquí, helechos por allá… un gnomo a la izquierda… un cactus del que cuelga un elfo… mariposas traicioneras… pájaros a mano pero volando… verde… y más verde.
Solos en el monte serrano. Por momentos tengo un Deja Vu que, si lo rastreo, me lleva a la Cuesta del Tafí en Tucumán o al Camino de Cornisa que unen Salta y Jujuy por la Nuboselva. Pero estoy aquí, a escasos kilómetros de La Villa.
Me termino de definir por la alegría de estar solo en este lío de naturaleza estallada en verdes y agua demorada… y que los que se lo pierden… que se lo pierdan, pues. Allá ellos.
Córdoba, la de las autovías de Juan… también tiene estos caminos olvidados. A Dios gracias.
#RutasCordobesas
#Caminos
#ReservasNaturales