Una nueva víctima del violador que atacó al menos a cinco jóvenes mujeres en el transcurso de 2004 a 2015 en el Cerro de la Cruz brindó su testimonio en la última semana ante la Fiscalía del Segundo Turno de Carlos Paz.
Este hecho ocurrió en 2005 y se trata del último que se denunció antes del crimen de Andrea, ocurrido el 11 de marzo de 2015.
En uno de los tres ataques que se produjeron el 2004, una de las víctimas fue violada y se le extrajeron muestras de ADN que son un 100 por ciento coincidentes que con las que se encontraron en el cuerpo de Andrea. Esa mujer y las otras cuatro coinciden plenamente en la descripción física del sujeto. Se trata de un hombre que tenía entre 25 y 30 años en 2004, contextura delgada, 1.80 metros, tez trigueña y cabelllo castaño. Es un hombre de mucha fuerza física que en pocos movimientos redujo a las víctimas para esconderlas entre los arbustos aledaños al sendero que conduce a la Cruz.
Según un informe que publica La Voz, la última víctima antes de Andrea es una mujer que para 2005 tenía 20 años y a la que se llegó a partir del testimonio de un trabajador de la zona de la Aerosilla. La mujer aseguró que no declaró antes porque nunca relacionó lo que le pasó con el caso Castana ya que daba por sentado que estaba resuelto en el círculo íntimo de la mujer.
En su testimonio, señaló que entre las estaciones 8 y 9 fue atacada por el sujeto que la amenazó y la condujó hacia un sector paralelo al sendero principal. En el mismo sitió atacó a Andrea y a las demás mujeres. La joven detalló que le pegó al menos 10 trompadas en el rostro y que pensó que la iba a matar. Intentó violarla pero no pudo bajarle el pantalón que llevaba puesto. Luego, escuchó ruidos en el sendero y se detuvo. Le hurgó en la mochila y encontró libros univesitarios. Allí le dijo: “Yo leo Nieztche”. Y luego le dijo que se levantara y caminara sin hablar ni mirar a la gente. Bajaron por el sendero principal hasta la zona de la cisterna en la que apareció la ropa de Andrea. Allí, el sujeto se perdió entre los arbustos y bajó por otro sector del serro que deriva en la calle San Antonio.
Los nuevos detalles abren interrogantes y nuevas pistas para seguir. Desde la Fiscalía siguen recabando testimonios y pruebas de ADN para dar con el perfil genético del agresor.
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