Se estima que, a los tres meses de haber sufrido un accidente cerebrovascular, el 27% de los pacientes desarrolla este trastorno motor del sistema nervioso que genera que los músculos estén tensos y rígidos. Dónde anotarse.

Tratar la espasticidad de forma temprana permite evitar la discapacidad a largo plazo por eso desde la Sociedad Argentina de Medicina Física y Rehabilitación (SAMFYR) y la asociación sin fines de lucro “Por una vida libre de ACV”, llevan a cabo la primera campaña nacional de detección gratuita de espasticidad post ACV hasta este viernes 11 de agosto.

Quienes identifiquen tener síntomas de esta condición, podrán solicitar un turno gratuito con especialistas de diversos puntos del país a través de la web www.pedirturno.com.ar o llamando al 0800 220 0082, de lunes a viernes, de 8 a 12 hs. La atención efectiva será del 14 al 23 de agosto.

“La espasticidad es una condición que muchas personas desconocen, pero es muy frecuente en pacientes con una lesión neurológica, como es el caso de quienes han sufrido un ACV. Es un trastorno motor del sistema nervioso que genera un aumento del tono y rigidez muscular, afecta la movilidad y, si no es tratada a tiempo, puede impactar notablemente en la calidad de vida de quienes la padecen” explica Mercedes Molinuevo (MN. 92810), presidenta de SAMFYR.

La espasticidad post ACV, es un trastorno motor del sistema nervioso que genera que los músculos estén tensos y rígidos. Es una afección crónica y tiende a empeorar si no se la trata correctamente. “Puede ocasionar dificultades para el desarrollo de las actividades de la vida diaria como caminar, vestirse, higienizarse, alimentarse. Puede afectar el movimiento, el habla, generar dolor crónico, trastornos para conciliar el sueño y, en algunos casos, llevar a un síndrome depresivo” agrega María Martha Esnaola (MN 84342), miembro fundador de Por Una Vida Libre de ACV.

“La espasticidad en sí misma no puede prevenirse; siempre es consecuencia de una lesión en el sistema nervioso central. Sin embargo, haciendo una detección precoz de esta alteración podemos evitar que empeore, ocasionando dolor, deformidades, dificultad en movilidad y funciones básicas. Es fundamental la detección precoz por el médico fisiatra y equipo de rehabilitación, para indicar la terapéutica adecuada en cada caso”, asegura Molinuevo.

Se estima que, en la Argentina, se produce un accidente cerebrovascular (ACV) cada nueve minutos y constituye la primera causa de discapacidad permanente en las personas adultas. Las secuelas son varias y cada una requiere un tratamiento específico, pero tratarlas de forma temprana permite evitar la discapacidad a largo plazo. En una primera etapa, la etapa de la urgencia en la que el paciente arriba al centro de salud, es atendido por médicos especializados en el manejo del ACV. Una vez estabilizado, requiere de una atención y equipo multidisciplinario. Aquí intervienen fisiatras, fonoaudiólogos, terapistas ocupacionales, kinesiólogos, que trabajan conjuntamente con el médico neurólogo.

Los estudios muestran que, entre los 3 y 18 meses posteriores a un ACV, las lesiones cerebrales pueden causar un cambio en la remodelación muscular que conduzca a desarrollar una forma grave de espasticidad. Sin tratamiento, en general, a los 3 meses el 27% de los pacientes ha desarrollado espasticidad y a los 6 meses esa secuela ya afecta al 58% (15% de ellos en forma grave) . “El correcto abordaje de esta condición es clave para reducir su impacto. Actualmente existen distintas opciones terapéuticas para tratarla y evitar o disminuir las complicaciones que conlleva, como el uso de medicación miorrelajante, toxina botulínica, férulas y/o terapias de rehabilitación para mejorar los patrones de movimiento. En muchos casos es necesario realizar una cirugía”, concluye Molinuevo.