Impulsado por la pasión que caracteriza al público argentino, casi el espectador ideal para este tipo de propuesta a los ojos de sus organizadores, el festival Primavera Sound, uno de los encuentros musicales más importantes de Europa, con sede central en Barcelona y una historia de más de 20 años, desembarcó en 2022 en nuestro país y el 25 y 26 de noviembre próximos tendrá su segunda edición en el Parque Sarmiento, con The Cure, Blur, Pet Shop Boys y Beck como principales atracciones.
“Muchos de nosotros habíamos ido a la Argentina como turistas y habíamos visto la pasión del público argentino. Creímos que era un sitio al que tenía mucho sentido llevar el festival. Esa entrega del público argentino bien la quisiéramos para el público de Barcelona. Nos pareció que en Argentina nos iban a entender mejor”, reveló a Télam Joan Pons, director de Comunicación del Primavera Sound de España y coordinador con sus homólogos de otros países.
La sostenida afluencia de público latinoamericano, y especialmente argentino, en las distintas ediciones que se realizaban en Barcelona fue el otro gran factor que impulsó la expansión del festival a distintos puntos de América del Sur.
Pons remarcó que esas particularidades pesaron mucho más a la hora de contemplar la posibilidad de replicar el tradicional encuentro en nuestro país que los habituales vaivenes económicos que se viven en el cono sur, lo cual supone un gran riesgo económico.
“Ese es un desafío, lo tenemos en cuenta, pero no es el factor determinante que nos lleve a hacer o no un festival en un país. Más allá que el negocio, lo que nos interesa es contactar con nuestra comunidad. Si hubiéramos puesto por delante la parte económica, ninguna aseguradora te podría garantizar hacer un festival en Argentina; pero a nosotros nos vale la pena porque nos interesa llevar la marca Primavera Sound a los rincones donde puede ser más apreciada”, puntualizó Pons.
De esta manera, el responsable de la comunicación del festival en España sintetizó los motivos por los cuales desde 2018 se comenzó a barajar la posibilidad de replicar la experiencia en nuestro país, entre otros sitios de América del Sur, lo cual finalmente pudo cristalizar el año pasado, con la llegada de una primera edición que contó con Jack White, Arctic Monkeys, Björk y Pixies, entre otros.
“En la primera edición tuvimos que cancelar casi media jornada por un tiempo del demonio. A partir de ahí, imagina lo satisfecho que estamos que decidimos seguir adelante. Luego de un revés así podrías no seguir. Pero además, el plan inicial no era venir un año e irse. Siempre la idea es venir para quedarse. Se evalúa año a año pero siempre la idea es quedarse”, sentenció Pons.
Así es como con algunos ajustes, como el cambio de locación de Costanera Sur a Parque Sarmiento y la elección de dos fechas más cercana al verano con relación al año pasado, el Primavera Sound escribirá en noviembre su segundo capítulo en nuestro país.
En el plano local, la organización en esta oportunidad correrá por cuenta de Pop Art Music, que se asoció a las productoras Dale Play y Move Concerts para poder ofrecer una experiencia a la altura de lo que la marca supone.
“Estamos súper contentos y entusiasmados. Nos encanta el Primavera Sound, nos parece un festival necesario para la escena del entretenimiento y para la escena de los melómanos, porque creo que es un festival apuntado a las personas que les encanta la música, las bandas emblemáticas y que también les gusta descubrir nuevos artistas. Ese es el espíritu del Primavera que nos gustó”, explicó a esta agencia Matías Loizaga, uno de los directores de Pop Art Music.
En tal sentido, destacó la grilla, en donde conviven figuras históricas, como el caso de los cabezas de cartel, junto a expresiones emergentes, entre las que citó a Róisín Murphy, Black Midi o The Twilight Sad.
“Primavera Sound permite agrupar en dos días lo mejor de la música alternativa, experimental y pop. Hacerlo en colaboración con Colombia y Brasil en esta edición permite la posibilidad de tener estos artistas tan grandes, sino sería imposible”, expresó el directivo local.
“No queremos ser una franquicia que llega de afuera como una gran multinacional y monta un festival sin tener en cuenta muchos condicionamientos locales y ahí confiamos mucho en las productoras locales para poder hacer la mejor edición y que tenga acento local”, especificó el representante español, quien añadió que “se articula todo”.
Y amplió: “La parte del booking de artistas locales corre muy de la mano del promotor local, porque son los que conocen. Nosotros somos muy curiosos y hay artistas de Argentina que podemos llegar a sugerir. No programamos nada sin haber escuchado antes y sin que nos guste a ambas partes, pero nosotros confiamos y creemos en lo que nos digan nuestros agentes sobre el terreno”.
Con respecto a los artistas locales de la próxima edición, el directivo de Pop Art Music destacó: “Tenemos la suerte de contar con Dillom, Milo J, que para nosotros están a la altura de cualquier artista internacional, y está bueno que compartan la grilla con leyendas como Richard Coleman, Virus o Turf”.
Previamente, Loizaga se había manifestado por demás entusiasmado con los cabeza de cartel y con los números emergentes internacionales a los que el público argentino tendrá la posibilidad de ver por primera vez.
“El objetivo primario fue traer artistas que no tenés la oportunidad de ver si no es en el contexto de este festival, como el caso de The Cure, que gira cada ocho años y hace diez que no venía; o Pet Shop Boys, que está haciendo una especie de gira de grandes éxitos de despedida, o Beck que tampoco viene muy seguido”, dijo.
“Hay varios ítems que uno espera cumplir -continuó-. Artistas convocantes e imprescindibles, como The Cure; artistas experimentales nuevos, como J.D. Beck o Róisín Murphy; y también una conversación con la escena local”.
Entre las particularidades de la edición de noviembre próximo, Loizaga anticipó que habrá cinco escenarios y que The Cure ofrecerá un concierto de la misma extensión que si actuara solo en un estadio, motivo por el cual el resto de los cabeza de cartel estará todo junto al día siguiente.
“El día de The Cure (el 25) está de alguna manera curado por Robert Smith. Está garantizado su show habitual de dos horas y media o tres, o sea que para un fan es casi mejor que ver un show de ellos solos, porque tiene la posibilidad de ver a otras bandas, de comer o tomar algo, y un montón de adicionales en el contexto de un festival”, apuntó.
“Como The Cure toca esas tres horas, no deja mucho lugar en el escenario para programar otras grandes bandas y por ese motivo principal es que Blur, Beck y Pet Shop Boys tocan al otro día. Pero está bastante equilibrado en los otros escenarios la calidad de artista que hay”, agregó.
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