El exsubdirector general de Seguridad Zona Sur de la ciudad de Córdoba, comisario retirado Gonzalo Cumplido, admitió este miércoles que “hubo irregularidades y mala praxis policial” en el caso del asesinato de Valentín Blas Correas (17) y cuestionó al entonces ministro de Seguridad provincial, Alfonso Mosquera, por “evadir todas sus responsabilidades”, al declarar como testigo en el juicio que se les sigue a 13 policías.
Cumplido consideró que a la luz de los hechos “el personal policial no estaba debidamente capacitado ni entrenado para actuar. Hubo irregularidades”.
Ante el tribunal técnico de la Cámara 8va. del crimen y los miembros del jurado popular, el exfuncionario policial, quien estuvo imputado en la causa por “incumplimiento de los deberes de funcionario público” y luego sobreseído, afirmó que hubo “mala praxis en el uso del armamento, en plantar un arma, en la no contención de las víctimas y de sus familias y en no haber llevado a Blas Correas a un centro de salud”.
“Fue un hecho complejo, muy confuso y que se podría haber evitado“, consideró Cumplido y añadió que fue la última persona en la cadena de mando en enterarse de lo que había ocurrido.
A pesar del rango, “nunca me llamaron del centro de comunicaciones. Fue un hecho grave y con irregularidades. No comandé, no fui al lugar del hecho y no encubrí. Solo ordené medidas para preservar el escenario del hecho”, manifestó el retirado comisario, quien afirmó el haber sido imputado en su momento le “arruinó la vida”.
“Fui víctima de un complot político y judicial y policial”, denunció Cumplido, tras lo cual recordó que, tras el hecho, le pidió al entonces ministro Mosquera que lo autorizara a visitar a la familia de Blas para manifestarle sus condolencias pero que éste no lo dejó.
“Vos no vas a ningún lado. Esa familia está haciendo política”, aseguró que le respondió el exministro.
Además, sostuvo, le dijo que lo sucedido le había arruinado la carrera para gobernador.
Pasado el mediodía, Cumplido continuaba declarando, mientras que se espera que luego lo haga Mosquera, quien aguardaba su turno en los tribunales.
Antes de declarar en el juicio, el exjefe policial dijo a la prensa que siente “vergüenza” por las declaraciones de la actual jefa de Policía provincial, Liliana Zárate Belletti, quien durante el juicio cuestionó el accionar del personal policial.
Asimismo calificó de “abominable” al exministro Mosquera y dijo: “No lo quisiera ver más en mi vida”, ya que fue uno de los funcionarios que “evadió todas sus responsabilidades” en este causa.
El crimen
El crimen de Blas fue cometido la madrugada del 6 de agosto del 2020, cuando el adolescente se trasladaba en un Fiat Argo junto a cuatro amigos y, al llegar al barrio Colinas, en el sur de la capital cordobesa, evadieron un control policial porque el conductor se asustó al ver que uno de los policías había desenfundado un arma.
Dos efectivos dispararon contra el rodado y uno de los proyectiles impactó en la espalda de Blas, quien murió.
Por el homicidio se encuentran acusados el cabo primero Lucas Damián Gómez (37) quien, según la fiscalía, efectuó cuatro disparos con su arma reglamentaria, y el cabo primero Javier Catriel Alarcón (33), quien disparó en dos oportunidades.
Ambos llegaron al juicio como “coautores de homicidio calificado por haber sido cometido en abuso de su función y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego, homicidio calificado por abuso de su función en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos- y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos”.
En tanto, los restantes acusados, todos policías, son Sergio Alejandro González, Wanda Micaela Esquivel, Yamila Florencia Martínez, Walter Eduardo Soria, Enzo Gustavo Quiroga, Jorge Ariel Galleguillo, Leonardo Alejandro Martínez, Rodrigo Emanuel Toloza, Ezequiel Agustín Vélez, Leandro Alexis Quevedo y Juan Antonio Gatica.
Los cargos que enfrentan son de “falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal agravado por la calidad funcional y omisión de deberes de funcionario público”, ya que se les imputa, entre otros delitos, el haber “plantado” un arma con numeración “limada” para simular un enfrentamiento con los chicos.