“Acá estamos para darle la bienvenida a los amigos que visiten la capital nacional de la ballena franca austral”, dijo entusiasmado en diálogo con Télam Fabián Gandón, el intendente de esa pequeña localidad, de poco más de 600 habitantes, recostada sobre el golfo nuevo, en la base de Península Valdés.
Gandón espera que “sea esta una buena temporada para dejar atrás los tiempos de pandemia en los que realmente los prestadores la pasaron feo porque el turismo se paralizó y nuestra comunidad vive de la actividad turística”.
Puerto Pirámides está ubicada al sudeste de la península que fue declarada patrimonio natural de la humanidad por la Unesco en 1999.
Se trata de una formación de 3.600 km2 que se dibuja en los mapas como un “hongo” que se introduce en el mar, unida al continente por el istmo Carlos Ameghino.
Desde Puerto Pirámides operan seis empresas de avistamiento. “Los precios son de $8.400 para adultos, la mitad para menores de entre 4 y 12 años y sin cargo para menores de 4″, explicó en diálogo con Télam Marcela Fernández, directora de turismo de Puerto Pirámides.
La funcionaria aclaró que solo hay una empresa que tiene una tarifa mayor porque posee una embarcación que tiene la particularidad de contar con “ventanas” en la parte inferior del casco, lo que permite observar desde abajo a las ballenas nadando.
Los precios se mantendrán hasta el 1 de agosto, cuando da comienzo la temporada alta, donde esos valores se duplicarán hasta el fin de año.
Las excursiones náuticas se extienden una hora y media aproximadamente siempre que las condiciones del mar y la visibilidad lo permitan, en compañía de guías de naturaleza con vasto conocimiento en la materia.
Puerto Pirámides cuenta con 830 camas para alojar a turistas que van desde hospedajes domiciliarios hasta hoteles boutique, con precios que oscilan entre los $3.500 por persona y por día (promediando los valores de departamentos), a más de $15.000 en los hoteles de categoría.
“Ese es un cálculo que hacemos porque los hoteles recién están abriendo y el tarifario se irá conociendo en los próximos días” aclaró la directora de turismo de Pirámides.
Además del avistamiento de ballenas, desde Puerto Pirámides se realizan otras actividades como travesías en kayak, mountain bike, trekking por senderos naturales e históricos, buceo, snorkeling con lobos marinos y jornadas de picnic en Cerro Olazabal.
“También está próxima la lobería y desde nuestra localidad se puede recorrer en un par de horas el contorno de la Península Valdés, Punta Norte, la zona de Caleta Valdés, donde se observan cada tanto ejemplares de orcas hasta Punta Delgada, desde donde se puede ver Punta Ninfas, la otra punta que forma la boca del golfo nuevo” detalló Fernández.
Puerto Pirámides está ubicado a 95 km. de Puerto Madryn, la ciudad cabecera de la comarca, con 7.000 camas hoteleras disponibles para los turistas y sede de las principales agencias de viajes dedicadas al turismo receptivo sobre todo de extranjeros que llegan al muelle de aguas profundas “Luis Piedrabuena” durante la temporada de cruceros.
En Puerto Madryn también se puede hacer avistamiento de ballenas pero desde la costa, sin necesidad de embarcarse y de manera gratuita, en la zona conocida como “El Doradillo”, espacio costero de fina arena declarada “Área Natural Protegida”, ubicado a 18 kilómetros del centro de la ciudad.
En ese lugar se suelen ver a las hembras en proceso de parto, amamantando a sus crías o “regalando” al observador el espectáculo de las madres enseñando a los ballenatos a desenvolverse en el entorno.
Desde la ciudad se pueden divisar a las ballenas exhibiendo sus lomos, las colas o saltando en las aguas del Golfo Nuevo mientras se disfruta de un almuerzo en los paradores que están frente al mar.
La gastronomía de Puerto Madryn es reconocida por los paladares exigentes, sobre todo por los platos típicos a base de pescados y mariscos o el aclamado cordero patagónico en sus variantes, guisado o “a la estaca” como es costumbre en la región.
Vieiras, langostinos, navajas, salmón blanco, son algunos de los productos locales que se destacan, junto a la repostería tradicional con “La torta galesa” como emblema, entre chocolates con forma de colitas de ballena para souvenir o alfajores, que se consiguen en los delikatessen y negocios céntricos.