Las calles de Santiago amanecieron este sábado tranquilas en la jornada previa al crucial balotaje presidencial que enfrentará al candidato de la ultraderecha, José Antonio Kast, y al de izquierda, Gabriel Boric, sin la inquietud preelectoral mostrada en los días anteriores.

Algunas portadas matinales de los principales periódicos mostraron información lateral sobre la jornada de votación, sus eventuales efectos sobre los mercados, etc. mientras otras se las arreglan para incluir declaraciones de los candidatos, siempre en estricto cumplimiento de la veda vigente.

Pero en el central paseo Ahumada casi nadie se detiene a mirar las noticias y muchos parecen más preocupados por adquirir adornos en una enorme feria navideña emplazada allí, que se extiende hasta la Plaza de Armas, a una cuadra del histórico edificio que funcionó por décadas como el Congreso Nacional y hoy alberga a la Convención Constituyente.

Foto Diego Izquierdo

Foto: Diego Izquierdo

El panorama evidencia un enorme contraste con la crispación que muestran las redes sociales, como Twitter donde este spabado los hashtag #Boric y #Ansiedad dominan el espacio y los debates sostienen la tensión y polarización que marcaron las últimas semanas.

El viernes por la noche, algunos enfrentamientos entre decenas de manifestantes y policías se registraron en la emblemática Plaza Dignidad, como todos los viernes desde el estallido social de 2019.

Este sábado, sin embargo, la tranquilidad matinal dominaba ese lugar, que parece extrañar el ajetreo que copó las portadas de los diarios del mundo hace apenas dos años, y que el tiempo, la pandemia y la vida cotidiana fueron transformando nuevamente en gris rutina capitalina.

Foto Diego Izquierdo

Foto: Diego Izquierdo

A escasos metros de La Moneda, sede del Gobierno chileno, un grupo de jóvenes contó a Télam su preocupación ante la posibilidad de que gane Kast.

“Nosotros somos del Sur y en el Sur no nos gusta la derecha”, dijo Rosa, la más conversadora del grupo, que duda entre sacarse o no el barbijo para conversar con periodistas.

A unas pocas cuadras de allí, Víctor, un barrendero con uniforme de la Municipalidad de Santiago sostuvo que el candidato de la ultraderecha “representa el capitalismo y tiene mucha plata hecha en sus negocios”, una declaración que inicia una catarata de argumentos que -sorpresivamente- desemboca en “lo importante que es votar por Kast”.

Víctor vivió como inmigrante en España “en la época de (José Luis Rodríguez) Zapatero”, donde aprendió lo que significaba ser “sudaca”. Parece ser un recuerdo incómodo, pero minutos después larga una ristra de insultos contra la inmigración en Chile, particularmente contra “haitianos, dominicanos y venezolanos”.

“Nos vienen a sacar el trabajo a nosotros que somos chilenos poh”, denunció, repitiendo una frase que suena cada vez más en los últimos años en el país y explica en parte el avance de la ultraderecha.

Un hombre que limpia la vereda de la Catedral de Santiago se acerca, pero declina hablar de política, aunque muestra subrepticiamente el número dos con los dedos, en señal de su apoyo por Kast.

balotaje presidencial que enfrentará al candidato de la ultraderecha, José Antonio Kast, y al de izquierda, Gabriel Boric, sin la inquietud preelectoral mostrada en los días anteriores.

Algunas portadas matinales de los principales periódicos mostraron información lateral sobre la jornada de votación, sus eventuales efectos sobre los mercados, etc. mientras otras se las arreglan para incluir declaraciones de los candidatos, siempre en estricto cumplimiento de la veda vigente.

Pero en el central paseo Ahumada casi nadie se detiene a mirar las noticias y muchos parecen más preocupados por adquirir adornos en una enorme feria navideña emplazada allí, que se extiende hasta la Plaza de Armas, a una cuadra del histórico edificio que funcionó por décadas como el Congreso Nacional y hoy alberga a la Convención Constituyente.

Contraste

El panorama evidencia un enorme contraste con la crispación que muestran las redes sociales, como Twitter donde este spabado los hashtag #Boric y #Ansiedad dominan el espacio y los debates sostienen la tensión y polarización que marcaron las últimas semanas.

El viernes por la noche, algunos enfrentamientos entre decenas de manifestantes y policías se registraron en la emblemática Plaza Dignidad, como todos los viernes desde el estallido social de 2019.

Este sábado, sin embargo, la tranquilidad matinal dominaba ese lugar, que parece extrañar el ajetreo que copó las portadas de los diarios del mundo hace apenas dos años, y que el tiempo, la pandemia y la vida cotidiana fueron transformando nuevamente en gris rutina capitalina.

A escasos metros de La Moneda, sede del Gobierno chileno, un grupo de jóvenes contó a Télam su preocupación ante la posibilidad de que gane Kast.

“Nosotros somos del Sur y en el Sur no nos gusta la derecha”, dijo Rosa, la más conversadora del grupo, que duda entre sacarse o no el barbijo para conversar con periodistas.

A unas pocas cuadras de allí, Víctor, un barrendero con uniforme de la Municipalidad de Santiago sostuvo que el candidato de la ultraderecha “representa el capitalismo y tiene mucha plata hecha en sus negocios”, una declaración que inicia una catarata de argumentos que -sorpresivamente- desemboca en “lo importante que es votar por Kast”.

Víctor vivió como inmigrante en España “en la época de (José Luis Rodríguez) Zapatero”, donde aprendió lo que significaba ser “sudaca”. Parece ser un recuerdo incómodo, pero minutos después larga una ristra de insultos contra la inmigración en Chile, particularmente contra “haitianos, dominicanos y venezolanos”.

“Nos vienen a sacar el trabajo a nosotros que somos chilenos poh”, denunció, repitiendo una frase que suena cada vez más en los últimos años en el país y explica en parte el avance de la ultraderecha.

Un hombre que limpia la vereda de la Catedral de Santiago se acerca, pero declina hablar de política, aunque muestra subrepticiamente el número dos con los dedos, en señal de su apoyo por Kast.