Seis días es mucho tiempo; mucho. O quizá no, depende cómo se lo mire. Si juzgamos por el daño ocasionado a las más de 1500 hectáreas de flora y fauna de las sierras cordobesas, diremos que el tiempo pasó como una ráfaga voraz que arrasó con la vida natural que por años llevó construirse, y que seguramente tardará otro tanto volver a remediar. Ahora, si nos detenemos a pensar en el trabajo de los Bomberos Voluntarios, se torna inimaginable imaginar el peso e importancia de cada segundo vivido en la montaña, en la que por momentos apenas unos garrotes de trapos y pistolas con mochilas de agua, eran las únicas armas para desafiar a frentes de fuego amenazantes, que se resistían continuamente a las fuerzas humanas.
Quizá para muchos 200 sea sólo un número, una cantidad. Pero no; porque detrás de cada uno de ellos no sólo hay un nombre y apellido; sino una vida, familia y proyectos que cada vez que suena la sirena se dejan de lado, para no hacer más que correr a auxiliar a quien esté en peligro, sin pensar en el riesgo que ello implica hasta para su propia vida. Eso es entrega, eso es compromiso desinteresado, eso es pasión.
Es por ello que la Federación de Bomberos Voluntarios de la provincia de Córdoba, compartió un video de agradecimiento a todas aquellas almas que desde múltiples cuarteles de la provincia, viajaron hacia los focos ígneos para ayudar en el combate de las llamas.
“Duro es el camino y sé que no es fácil, no se si habrá tiempo para descansar. En esta aventura de amor y coraje, solo hay que cerrar los ojos y echarse a volar”, frasea la canción de Patricia Sosa con la que la Federación resume con imágenes, el trabajo de ellos: los verdaderos héroes.