El protector bucal es un dispositivo confeccionado como medida preventiva para evitar traumatismos dentales y lesiones a nivel de los tejidos blandos como lengua, labios, carrillos (paredes opuestas a las mejillas) o mejillas. Según los especialistas, es fundamental usarlo en todas las edades para prevenir traumatismos en los dientes o de tipo mandibulares, al realizar actividades deportivas o recreativas de distinto tipo que suponen un riesgo.
Sobre su importancia, la odontóloga Silvia Ledesma Echeverry* (MP 9473), explicó en diálogo con Carlos Paz Vivo!: “Están confeccionados para poder absorber y distribuir una fuerza de impacto recibida durante la práctica o actividad deportiva de mediano o alto riesgo como el básquet, fútbol, hockey, rugby, patín, etc. Se aconseja lo usen las personas de todas las edades para hacer estas actividades de forma recreativa o deportiva, que suponen un riesgo para su salud buco-dental”.
Y destacó: “En cuanto a las personas que hacen pesas en gimnasios, tanto los que compiten, como quienes entrenan o trabajan en esos sitios, el protector les ayuda para lograr mejor postura, una mayor oxigenación, y un alto rendimiento deportivo”.
Además, la odontóloga destacó la necesidad de su utilización en aquellas personas que tienen brackets y que realizan alguna actividad deportiva, ya que tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones.
Cómo debe ser el protector
“Las características de un buen protector bucal es que sea retentivo, bien adaptado a la arcada dentaria para evitar el desplazamiento, y que no interfiera en los tejidos blandos, en la respiración y la dicción. Debe ser de un material de fácil limpieza y manipulación”, aseguró la especialista.
Cabe aclarar que el protector bucal es diferente a la placa de relajación. Tienen otra consistencia, dureza y diferentes funciones. Mientras el primero protege la boca y los dientes de golpes y posibles lesiones, el segundo sirve para prevenir traumas articulares y dentales, como así también dolores en los músculos masticatorios y dolores de cabeza, causados principalmente por el bruxismo, que se caracteriza por producir desgastes y rechinamiento de los dientes.
Prevenir traumatismos
Las lesiones dentales son las lesiones faciales más comunes en los deportes. “Las encuestas que se realizan sobre el tema, llegaron a la conclusión de que más del 80% de los niños y niñas no usan protectores bucales en sus prácticas deportivas, ya que su uso no es obligatorio, como lo son otros materiales de protección en algunos deportes, por ejemplo los lentes, cascos, hombreras, rodilleras, etc. De allí que tengamos que tomar conciencia sobre la importancia de proteger nuestros dientes, no solo para prevenir traumatismos a nivel dentario, sino a nivel mandibular”, detalló Ledesma Echeverry.
Tipos de protectores
Hay tres tipos de protectores bucales. Uno de estos son los prefabricados que son aquellos que se compran en los negocios o casas de deportes o en farmacias. “La característica de estos, es que son menos retentivos e interfieren en la dicción y en la respiración del paciente”, aclaró la odontóloga.
Luego se encuentran los adaptables o termoplásticos, que se adquieren, por lo general, en las farmacias. Estos se ablandan en agua tibia, luego se colocan en la boca y toman la forma de la arcada dentaria. No obstante, la odontóloga señaló que “interfieren en la dicción y en la respiración normal de quienes lo usan, pierden la retención, es decir, se deforman rápidamente”.
Finalmente, se puede acceder a los individualizados o personalizados, que son los recomendados, los fabricados por los odontólogos en el consultorio.
Al respecto, Ledesma Echeverry, aseveró: “Sin lugar a dudas, son los mejores. Se utiliza un modelo del paciente, está confeccionado a medida, reproduce exactamente la arcada dentaria del paciente, y es el tipo de protector más aconsejable”.
El cuidado de los protectores bucales
La odontóloga brindó también algunos tips para mantener los protectores bucales aseados y que duren más.
-Se deben cepillar luego de cada uso con un cepillo de dientes y jabón neutro, usando agua del grifo o canilla.
-Se deben guardar y transportar en una cajita similar a la que se usa para ortodoncia, que tenga perforaciones, así se evita guardarlo con humedad y no se forman microorganismos.
-Se debe evitar exponerlos a fuentes de calor, o lavarlos con agua caliente para que no se deformen.
-Chequearlos con mayor frecuencia en el consultorio odontológico sobre todo en niños, ya que ellos están en crecimiento y hay reposición de dientes. “En esos casos, es necesario una consulta periódica para controlar el protector bucal y ver si se necesita hacer ajustes o hacer uno nuevo”.
¿Cuándo se reemplaza?
El reemplazo del protector bucal se realiza una vez que el odontólogo note que está desgastado. En los niños la reposición se da más seguido, debido al recambio de dientes que tengan.
Los costos varían de acuerdo al tipo de confección del protector bucal. Los que se adquieren en las farmacias u otros lugares son más económicos, pero no cumplen la función que deben tener, que es la de proteger la dentadura, logrando una perfecta adaptación a la boca y permitiendo una adecuada respiración y dicción de la persona que use el protector.
* Dra Silvia Ledesma Echeverry (MP 9473), odontológa y ozonóloga de Villa Carlos Paz, Ondontozono_cba.