El oficialismo no consiguió el respaldo para la primera sesión presencial convocada en la Cámara baja. La nutricionista carlospacense Rosana Stipisich, habló sobre la Ley de Etiquetado Frontral y sus beneficios.
FUNDEPS, una Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables, señaló que el crecimiento en los índices de obesidad y sobrepeso en nuestro país “es alarmante y viene creciendo sostenidamente tanto en niños, niñas y adolescentes como en la población adulta; y la publicidad, la falta de información y las concepciones erróneas sobre el valor nutricional de lo que consumimos son parte de los principales factores contribuyentes en el desarrollo de esta epidemia”.
En Argentina no existe un sistema de etiquetado de alimentos establecido por ley que informe a consumidores y consumidoras de manera clara, veraz y sencilla si ese producto contiene nutrientes críticos para su salud.
El 5 de octubre pasado, fracasó el intento del Frente de Todos de debatir el proyecto de Ley de Etiquetado Frontal. Ese día, la oposición de Juntos por el Cambio de la Cámara de Diputados decidió no asistir a la sesión convocada para este mediodía por el oficialismo para abordarla.
De esa manera, el Frente de Todos reunió 122 diputados y quedó a 7 del quórum necesario. La iniciativa que advierte sobre los excesos de grasas, sodio y azúcar en los alimentos podría perder estado parlamentario a fin de año.
La licenciada en Nutrición, Rosana Stipisich, expresó que desde los Colegios profesionales se viene “bregando por esta Ley, porque todo lo que es nuestro etiquetado es bastante antiguo”.
Generalmente, en los alimentos “muy pequeños es imposible de ver, salvo que alguien se vaya con una lupa, pero más allá de eso es necesario entenderlo, lo cual es difícil para la población en general”.
Por eso, apuntó que consideran que es más fácil y útil “que exista una etiqueta de hexágono con fondo negro que llame la atención y que anuncie simplemente que contiene alta cantidad de azúcar, de sodio o muchas calorías”.
Stipisich aseguró que existe un problema que genera una confusión entre los consumidores. “Mucha gente lee que un alimento es diet, y significa bajas calorías, y nada que ver: significa que algunos de sus componentes están cambiados. Si tiene menos sodio o un porcentaje de edulcorante o mas vitaminas, lo hace diet, pero no tiene nada que ver con el azúcar o calorías”.
“Si se busca con estas características, debe apuntar a que en algún lugar del envase diga light”, dijo.
Por otro lado, la especialista aseguró que cuando un alimento tiene excesos de algún producto, “significa que pasa por arriba de las recomendaciones diarias, hay muchos productos que incurren a la población en la confusión”.
Y señaló un ejemplo: “Hay mamás que no les dan gaseosas a sus hijos porque entienden que tiene azúcar, pero les dan jugos comprados y lo único que tienen es una fruta dibujada en su paquete. Lo mismo ocurre con cereales . La población no lo conoce y no se investiga, porque es una composición química complicada”.
Se brega para que el etiquetado pueda indicar justamente a las personas “si el alimento es alto en ciertos componentes, para que aquellos que tienen problemas o no, puedan elegir mejor lo que van a consumir”.
En el marco de lo que es el tratamiento de la Ley, la profesional sostuvo que existe “un juego de intereses, una puja entre empresas y los que queremos cuidar a la población”. Y aseguró que esos cuidados apuntan “mucho a la población adolescente o más joven, que es la más consumidora de productos industralizados”.
Para aquellos que quieran obtener mayor información, ingresar a https://www.etiquetadoclaroya.org/