Panta Petrovic es un ermitaño serbio que vive en una cueva elevada junto a su cerda salvaje de más de 200 kilos, evitando todo contacto con los demás y que baja a la civilización en escasas excepciones, cuando necesita artículos indispensables que no puede encontrar en la naturaleza.

Fue así como se enteró, después de casi dos años de su inicio, que el mundo estaba viviendo una pandemia. Vecinos y comerciantes le advirtieron de los peligros del virus y de la rapidez de los contagios.

A sus 70 años de edad, y estando completamente solo, decidió vacunarse con las dos dosis e insta a todo el mundo a hacer lo mismo para acabar con la pandemia y no poner en peligro más vidas.

Ahora que ya está protegido con la vacuna, sigue con su estilo de vida bajo la convicción de que “el dinero está maldito”. A pesar de sus 70 años de edad el ermitaño sigue viviendo de lo que pesca y los hongos que recolecta.

El acto de Petrovic ha sido aplaudido por miles de personas, que admiran su decisión de vacunarse a pesar de vivir solo en una cueva, por lo que resulta más complicado contagiarse del coronavirus.