El grito de justicia para los comunicadores agredidos y asesinados y la exigencia de un país en paz se escuchó en varias ciudades mexicanas en las que se realizaron marchas a un mes del crimen del periodista Javier Valdez, mientras que el presidente Enrique Peña Nieto insistió en que su cuestionado gobierno mantiene el compromiso de generar las mejores condiciones para el libre ejercicio de la profesión.
La Ciudad de México y las localidades de Culiacán, Guamúchil y Los Mochi, en el estado de Sinaloa, donde fue asesinado Valdez, fueron algunos de los escenarios en que los periodistas exigieron justicia por los homicidios, desapariciones y torturas que sufren los compañeros del gremio, que ya acumula siete asesinatos en lo que va de año.
En la noroccidental Culiacán, donde Valdez fue asesinado a tiros el pasado 15 de mayo, los manifestantes portaron carteles con lemas como “Justicia”, “No más violencia” y “Vivimos entre asesinos cobijados por la impunidad”.
Entre los asistentes estuvo la viuda de Valdez, Griselda Triana, quien dijo que al día de hoy “no hay ninguna señal de que su muerte vaya a ser esclarecida”.
Explicó que no tiene “ninguna confianza” en las autoridades porque estas muestran una “falta de interés” que se traduce en la “lentitud de las investigaciones”.
“Las pocas veces que se han acercado para informarnos sobre avances, pues la verdad podemos percibir que son nulos”, aseguró Triana.
Por otra parte, en la capital mexicana, varios centenares de periodistas realizaron una marcha, que arrancaron con el grito de “No nos callarán”, desde el céntrico Palacio de Bellas Artes hasta la sede de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra de la Libertad de Expresión (Feadle), reseñó la agencia de noticias EFE.
A su llegada a la institución, pegaron en la fachada carteles con el texto “Clausurado por permitir impunidad” y dibujaron siluetas de cadáveres en el asfalto para representar a las víctimas.
En el lugar hicieron un pase de lista con los nombres de los más de 100 periodistas asesinados y desaparecidos desde 2000; cada uno de ellos recibió la respuesta a coro de “¡Justicia!”.
Francisco Sarabia, del semanario Ríodoce -del que Valdez era cofundador-, leyó un comunicado por parte de la publicación en el que aseguró que los periodistas siguen viviendo “con la muerte encima”.
“No nos merecemos vivir así; ya estamos hartos, queremos que haya paz”, dijo Sarabia, y añadió: “No debemos dejar solo a Javier en esta partida dolorosa”.
Cristina Renaud, periodista que trabaja como freelance en la Ciudad de México, dijo que el asesinato de Valdez supuso un antes y un después porque ha hecho que haya “más conciencia” y que se visibilice la violencia “no solo en contra de los periodistas, sino en contra de los ciudadanos”.
Respecto a la Feadle, que desde su creación en 2010 ha atraído 48 homicidios de periodistas, de los cuales solo se han logrado tres sentencias, la periodista pidió que “haga su trabajo”.
“Solo son palabras, no están investigando los asesinatos”, remarcó.
Entre los manifestantes también se encontraba la reconocida escritora y periodista Elena Poniatowska, quien afirmó a los medios que esta situación de violencia “nunca se había visto; es lo que peor que le ha sucedido al periodismo mexicano”.
“El gobierno tiene la obligación de proteger a los ciudadanos”, recordó la premio Cervantes 2013.
Horas antes de las protestas, un periodista se levantó en la mitad de un acto que estaba dando el presidente Peña Nieto para exhibir una pequeña manta con el texto “Basta de sangre” y “Ni uno más”.
“Déjele que exponga su manta; estamos hablando de espacios plurales y libertad de expresión”, apuntó el mandatario, cuando varios de sus custodios intentaron acercarse al periodista, al parecer con fines de detenerlo.
A continuación, Peña Nieto afirmó: “A los amigos del periodismo les reitero el compromiso que tiene este gobierno para generar, repito, las mejores condiciones para el ejercicio libre de su profesión”.
En las redes sociales, los periodistas impulsaron la iniciativa de mover la etiqueta #nuestravozesnuestrafuerza, así como su versión en inglés, #ourvoiceisourstrenght, para demostrar a las autoridades la unión del gremio contra la violencia.